Muere el hombre de 80 años que se disparó antes de ser desahuciado en Torremolinos

El octogenario ha fallecido en el Hospital Universitario Regional de Málaga, donde fue trasladado tras su intención autolítica

Una imagen del Hospital Regional de Málaga.
21 de octubre de 2025 a las 23:41h

El hombre de 80 años que se disparó en la cabeza esta tarde cuando una comitiva judicial acudía a ejecutar el desahucio de su vivienda en Torremolinos (Málaga) ha fallecido finalmente tras ser trasladado al Hospital Universitario Regional de Málaga. Los hechos ocurrieron en el momento en que los representantes judiciales y policiales intentaban acceder al domicilio para hacer efectiva la orden de lanzamiento.

Según las primeras informaciones, el anciano había mantenido dificultades económicas durante los últimos años, lo que derivó en un procedimiento de ejecución hipotecaria sobre el piso en el que residía desde hacía casi dos décadas. La vivienda, situada a la entrada del municipio, en la zona del antiguo orfanato, fue subastada por el banco para saldar la deuda pendiente. Este martes estaba prevista la toma de posesión oficial del inmueble por parte del nuevo propietario, después de que venciera el plazo judicial concedido para el abandono voluntario.

La tragedia se produce durante la ejecución del desahucio

Hasta el lugar se desplazaron agentes de la Policía Local de Torremolinos, la comitiva judicial, un cerrajero y los representantes legales del comprador, con la intención de proceder al cambio de cerradura. En el momento en que llamaron al timbre, el hombre, que aún se encontraba en el interior, intentó quitarse la vida y se disparó en la cabeza.

Los agentes consiguieron acceder al interior y comprobaron que el octogenario seguía con vida, por lo que alertaron a los servicios de emergencia, que acudieron de inmediato. El herido fue trasladado en estado crítico al hospital, donde finalmente falleció al poco tiempo de ingresar. Según fuentes sanitarias, el deceso se confirmó pasadas las diez de la noche.

El suceso ha causado una profunda conmoción en el vecindario, donde el fallecido era conocido y apreciado. Vecinos de la zona han expresado su consternación ante lo ocurrido y han señalado que “era un hombre tranquilo, muy querido en el barrio, pero estaba pasando por un momento muy duro”.

El caso ha reabierto el debate sobre la falta de alternativas habitacionales y apoyo psicológico para las personas mayores que enfrentan procesos de desahucio. Asociaciones sociales y colectivos vecinales han manifestado su preocupación por un problema que, según denuncian, sigue afectando a cientos de familias vulnerables cada año en la provincia de Málaga.

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Rubén Guerrero

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