La Universidad de Málaga cuenta este curso con un estudiante singular en la Facultad de Filosofía y Letras. Manolo Montes, de más de 80 años, cursa el Grado en Historia y se ha convertido en el alumno de mayor edad del centro, integrado en la vida académica como cualquier otro estudiante. Según Montes, “en la Facultad de Filosofía y Letras soy un estudiante más y muestra cómo, a la hora de aprender, no existen límites ni fronteras, y menos, en cuestiones de edad”.
Montes acumula una extensa trayectoria profesional y formativa. Es perito mercantil, profesor mercantil, ha cursado estudios de Económicas, es licenciado en Comunicación Audiovisual y doctor en Periodismo. Pese a ese recorrido, decidió matricularse en Historia para ampliar sus conocimientos. En sus propias palabras, dedicó los últimos años “a ampliar mi estudio porque veía que mis conocimientos eran pobres, de historia en este caso”.
Su presencia en las aulas no ha pasado desapercibida, aunque él insiste en que su papel es el de un alumno más. En su primer año coincidió incluso con varias de sus nietas, que iniciaban estudios universitarios al mismo tiempo. Montes relata que algunos lo confundían con un docente: “En algún momento algún consejero venía y me decía, ¿ustedes qué clase dan? No, no, yo no soy profesor, yo soy alumno”.
El estudiante explica que su interés por la Historia surgió mientras colaboraba en actividades educativas con menores con dificultades, momento en el que detectó lagunas importantes en su formación histórica. Decidió entonces “ver si me preparo un poquito más” y se centró en Andalucía, un área que sigue estudiando actualmente. Reconoce que la tercera etapa de la carrera presenta mayores retos: “Este año voy a palmar con muchas asignaturas porque ya es muy complicado”.
Ya ha superado dos cursos
En lo académico, Montes admite que afrontar los exámenes es un desafío, aunque sus resultados han sido satisfactorios. Tras un inicio difícil, en el primer curso logró una media de siete y en el segundo mantuvo resultados similares, incluyendo algunos sobresalientes y notables. Reconoce que su capacidad de memorización ha disminuido con la edad, pero afirma que “suplo, quizás, mi capacidad de memorizar con mi conocimiento ancestral”.
Más allá del rendimiento, Montes destaca la buena relación con profesores y compañeros y su plena integración en la universidad. Mantiene un pequeño grupo de estudio al que llama “los cuatro jinetes del Apocalipsis”, compuesto por estudiantes que le ayudan con los apuntes y con quienes comparte actividades sociales. Para él, “la universidad es estupenda para los mayores. Estamos perfectamente aquí, como uno más y realmente yo me siento totalmente integrado”, y asegura que mientras pueda seguirá escribiendo, asistiendo a clases y aprendiendo.
