Un tranquilo día de playa en Cabopino, Marbella, se convirtió en una escena insólita cuando un grupo de jabalíes irrumpió entre sombrillas y toallas. El objetivo: husmear entre las pertenencias de un bañista que, hasta ese momento, disfrutaba del sol sin mayor preocupación. Los animales rodearon su sombrilla y se amontonaron sobre su toalla, obligándole a ponerse en pie e incluso a coger su mochila para alejarla de ellos.
La imagen, tan surrealista como alarmante, muestra cómo los jabalíes campan a sus anchas sin mostrar el menor temor por la presencia humana. En este municipio de Málaga, el hombre, completamente perplejo, optó por mantenerse firme, sin perder de vista a los animales mientras esperaba que se marcharan por su cuenta. Casi se llevan la sombrilla, como se puede observar en el vídeo difundido en redes sociales.
La preocupante proliferación de jabalíes
Este tipo de escenas, aunque sorprendentes, no son raras en la zona. La presencia de jabalíes en las playas de Marbella se ha convertido en algo habitual. Buscan comida entre los objetos personales de los bañistas, se suben a las hamacas y exploran cualquier rincón en el que puedan encontrar restos. No dudan en acercarse a carpas, ni en registrar los contenedores cercanos.
La proliferación de esta especie —y de los denominados cerdolíes, un híbrido entre jabalí y cerdo vietnamita— está generando cada vez más encuentros cercanos con vecinos y turistas. En las calles de Málaga, ya no es raro cruzarse con alguno de estos animales, que han aprendido a moverse entre lo urbano y lo salvaje con notable soltura.
El motivo de esta creciente presencia es claro: estos animales se adaptan con facilidad a distintos hábitats y no dudan en acercarse a zonas habitadas si eso les garantiza alimento. Su comportamiento, que antes parecía propio de la montaña, ahora forma parte del paisaje cotidiano en muchas playas y calles de la Costa del Sol.
