Un hombre de 80 años ha intentado quitarse la vida este martes en Torremolinos (Málaga) tras dispararse en la cabeza, según fuentes policiales. El suceso ha ocurrido en el preciso instante en que la comitiva judicial llegaba a su domicilio para ejecutar el desahucio que pesaba sobre él.
Cuando los agentes lograron acceder al interior de la vivienda, el anciano seguía con vida, por lo que fue trasladado de inmediato al hospital, donde permanece ingresado bajo pronóstico reservado.
El lanzamiento judicial se debía a una ejecución hipotecaria del piso en el que el hombre residía desde hacía casi dos décadas. En los últimos años, habría tenido dificultades para cumplir con los pagos al banco, lo que llevó a que el inmueble fuese subastado para cubrir la deuda.
Vecindario consternado y antecedentes personales
Fuentes del entorno vecinal explicaron que la esposa del octogenario había fallecido hace unos meses y que el hombre estaba atravesando por unas circunstancias personales delicadas. Algunos residentes afirmaron que “era un hombre tranquilo, muy querido en el barrio, pero estaba pasando por un momento muy duro”.
El juzgado encargado del caso había concedido un plazo al afectado para abandonar la propiedad. Este martes estaba prevista la toma oficial de posesión por parte del nuevo propietario, momento en el que se produjo el intento de suicidio.
El trágico suceso ha reavivado el debate sobre la vulnerabilidad de las personas mayores frente a los desahucios y la falta de mecanismos de apoyo en situaciones límite. Organizaciones sociales reclaman una mayor intervención de los servicios públicos para evitar que casos como este se repitan, subrayando la necesidad de ofrecer alternativas habitacionales y atención psicológica a quienes se enfrentan a la pérdida de su hogar. Muchos coinciden en que el drama vivido en Torremolinos pone de relieve una problemática social que sigue sin resolverse.