EsasyJet asegura que la pasajera de 89 años estaba viva al embarcar en Málaga y falleció después, dentro del avión, no antes

"Fue solo después de embarcar cuando necesitó asistencia médica y, lamentablemente, falleció"

El aeropuerto de Málaga.
22 de diciembre de 2025 a las 16:40h

La aerolínea easyJet ha asegurado que la mujer británica de 89 años cuyo fallecimiento obligó a retrasar un vuelo desde Málaga a Londres estaba viva en el momento del embarque, y que su muerte se produjo posteriormente, ya dentro del avión. La compañía ha trasladado esta aclaración tras la publicación de informaciones que apuntaban a que la pasajera habría subido a la aeronave ya fallecida.

Según el posicionamiento remitido por la aerolínea, la pasajera pudo volar porque contaba con un certificado médico que la habilitaba para viajar en avión y disponía de asistencia de personal sanitario durante el trayecto. “Fue solo después de embarcar cuando necesitó asistencia médica y, lamentablemente, falleció”, señala el comunicado oficial, en el que easyJet expresa también sus condolencias a la familia y subraya que “el bienestar de nuestros pasajeros y tripulación es siempre la máxima prioridad”.

Un vuelo desde Málaga a Gatwick

La información inicial fue publicada por el diario británico Daily Mail, que informó de que una familia intentó embarcar en un vuelo comercial desde el aeropuerto de Málaga con destino a Gatwick con el cuerpo sin vida de una mujer de 89 años. Según ese relato, los familiares indicaron al personal que la anciana estaba cansada y dormida, lo que permitió que el embarque continuara inicialmente con normalidad.

Diversos testigos aseguraron que la mujer fue trasladada en silla de ruedas y acompañada por cinco familiares, quienes afirmaron durante el proceso que seguía con vida. Algunos de ellos dijeron ser médicos, lo que contribuyó a que el personal considerara que la pasajera estaba en condiciones de volar.

Sospechas entre los pasajeros

Siempre según los testimonios recogidos, una vez dentro del avión el cuerpo fue acomodado en los asientos asignados. Fue poco antes del despegue cuando la tripulación advirtió el fallecimiento y activó los protocolos, lo que provocó un retraso de varias horas en el vuelo.

Entre los pasajeros se encontraba una joven de 19 años que declaró haber sospechado desde el primer momento que la mujer había muerto. Según su versión, la anciana llevaba un collarín y su familia trataba de despertarla diciéndole “¿me oyes?” mientras intentaban darle de beber, sin mostrar signos visibles de angustia.

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Pablo Fdez. Quintanilla

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