La rápida coordinación entre Policía Local y Bomberos evitó lo que pudo haber sido una auténtica tragedia en Alhaurín de la Torre, en Málaga. Un hombre de 90 años fue rescatado tras caer en un talud en la subida a Jabalcuza, donde quedó apenas a unos centímetros de un precipicio de unos 30 metros de altura. Pese al susto, el anciano solo presentaba rasguños y arañazos.
El incidente se produjo en la tarde del 10 de septiembre, en la zona del conocido pozo Povea. Allí, el hombre, que observaba el paisaje en compañía de un familiar, perdió el equilibrio y acabó en una zona de gran pendiente e inestabilidad. Fue precisamente ese familiar quien, desesperado, logró sujetarlo de forma precaria y dio la voz de alarma a los servicios de emergencia.
Minutos después, una patrulla de la Policía Local llegó al lugar y, sin dudarlo, se acercó a la peligrosa posición del anciano. Los agentes consiguieron retenerlo con sus propias manos, improvisando incluso una especie de arnés para ganar tiempo mientras solicitaban el apoyo urgente de los Bomberos. La tensión era máxima: el terreno estaba húmedo y resbaladizo, y el hombre podía caer en cualquier momento.
Un rescate con policías y bomberos
Con la llegada de los efectivos del Consorcio Provincial de Bomberos, comenzó un rescate contrarreloj. Desplegaron su material de escalada y usaron las llantas del coche patrulla como punto de anclaje para fijar el sistema de aseguramiento. Gracias a la colaboración constante entre ambos cuerpos y a la calma que transmitieron al accidentado, finalmente lograron estabilizarlo y ponerlo a salvo.
Tras el rescate, el hombre fue atendido por los servicios sanitarios, que confirmaron que no presentaba fracturas. El concejal de Seguridad Ciudadana, Francisco José Sánchez, destacó la “importantísima” coordinación de Policía Local y Bomberos, así como la intervención del familiar que lo acompañaba, cuya rápida reacción fue “decisiva” para evitar un desenlace fatal en lo que definió como un “complejo” operativo de emergencia.
