El Ayuntamiento, abierto a reclasificar el suelo para hacerlo "fértil", ya conoce las intenciones de la multinacional, que negocia la salida pactada con los 13 empleados que han resistido estos años.
Hace ocho años por estas fechas el Ayuntamiento cerró con Verallia, la propietaria de los terrenos de la antigua fábrica de botellas -anteriormente en manos de Saint Gobain-Vicasa-, una jugosa operación urbanística mediante la cual las doce hectáreas de la ronda de los Alunados pasaban a tener clasificación de suelo eminentemente residencial a cambio de un traslado de la factoría a la Ciudad del Transporte, previa inversión de 90 millones de euros en la nueva planta. Por un lado, se mantenía el escaso empleo industrial que quedaba en la ciudad y, por otro, se satisfacían las pretensiones de la multinacional. Un año después, en 2009 y ya en plena crisis generalizada, el acuerdo se truncaba por sorpresa y a finales de ese mismo ejercicio las chimeneas del complejo industrial se apagaban para siempre.
Tras 114 años de actividad ininterrumpida, un ERE extintivo dejaba en la calle a 125 trabajadores. Unos se prejubilaron, otros se recolocaron en otras fábricas repartidas por la geografía nacional, otros se quedaron sin nada, y otros cuantos siguieron trabajando en el cada vez más desvencijado complejo industrial. Desde entonces, apenas 13 empleados se han mantenido en estas instalaciones dedicadas principalmente a hacer moldes de botellas para otras plantas de la compañía. En paralelo, un pleno municipal en otoño de 2010 revertía la reclasificación del suelo y pintaba nuevamente sus 112.000 metros como aptos únicamente para uso industrial. La multinacional llegó incluso a presentar alegaciones pero la operación urbanística quedaba abortada definitivamente.
Hace apenas una semana, el teniente de alcaldesa de Urbanismo, Patrimonio, Dinamización Cultural y Seguridad, Francisco Camas, ha mantenido una reunión con la dirección general de Verallia, en la que esta le ha comunicado su plan para la extinción total de la actividad en las vetustas instalaciones de la antigua fábrica de botellas. Así lo ha confirmado el propio responsable del gobierno socialista en un desayuno informativo con lavozdelsur.es, adelantando el interés municipal por despejar el futuro de una pieza de suelo situada en un enclave estratégicamente inmejorable, prácticamente en el centro de la ciudad. "Costó trabajo saber con quién comunicarse, pero les llamamos, han venido y hemos abierto la puerta. Tenemos que ver qué futuro se le da a esa zona", ha mantenido Camas. Al mismo tiempo, la multinacional ya ha comunicado también la noticia a los propios empleados que aún mantiene en Jerez, a los que ofrece ahora la opción de acogerse a traslados o prejubilaciones.
Cuestionado por estos suelos, Camas relataba en el transcurso de la entrevista: "Les preguntamos qué iba a pasar y nos dijeron que la intención es liquidar eso y que para no tenerlo cerrado caían lo que hay, pero la ley no te deja caer sin que tengas obligatoriamente que edificar. Por tanto, hemos quedado en que tenemos que ver qué futuro se le da a esa zona; esa zona es importantísima porque es que además logísticamente se ha convertido en un centro fantástico de la ciudad, es un sitio alucinantemente bueno". Eso sí, el edil socialista deja claro que es casi imposible pensar en acometer una actuación urbanística del calibre de la que se diseñó en 2008, con previsión de 800 pisos, un área comercial, zonas verdes y equipamientos. "¿Se podrá acometer en su globalidad? Probablemente no, pero por fases sí. Nosotros les hemos dicho que ahí no se va a derribar nada si no es para edificar porque la ley así lo exige, y también que nosotros tenemos la voluntad de hacer una planificación para que ahí se pueda invertir y se pueda crear un suelo fértil".
En su alegación a la modificación puntual del PGOU que devolvía el uso industrial a los terrenos, la entonces propietaria, Saint Gobain, sostenía que "no se justifica en la memoria del Plan General el mantenimiento de un uso obsoleto, no integrado en la malla urbana, en una espacio con clara vocación residencial y terciaria, y sobre todo no adecuado para la tipología de industria singular desde el punto de vista logístico". Seis años después de aquella alegación, el gobierno municipal entiende razonable esta postura y está dispuesto a introducir nuevas modificaciones en el planteamiento urbanístico para desatascar una enorme extensión de terreno que es casi imposible que vuelva a tener vida industrial. "Ellos evidentemente tienen interés en esos suelos, pero nosotros también" asegura Camas. Y añade: "Para hacer una promoción allí hace falta un empresario que quiera creer que eso lo va a vender y eso le va a ser rentable. Tenemos que crear las expectativas y contactar con un empresario que quiera hacer una fase de construcción y sea posible".
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