A pesar de ser el único edificio renacentista que queda en pie y de ser una de las joyas del patrimonio histórico jerezano, el palacio Riquelme sigue deteriorándose a cada día que pasa sin que el Ayuntamiento actúe decididamente sobre él. Desde que hace 20 años se llevara a cabo una obra de consolidación que casi se podría decir que no fue más que un expolio (desaparecieron la puerta principal y las vigas del edificio, entre otras cosas), la climatología ha ido dañando cada vez más el edificio. Si bien no es noticia su mal estado, sí lo es que en los últimos días se haya desprendido una cornisa y que parte de un muro que da a la calle Cordobeses esté en riesgo de derrumbarse, debido a unas peligrosas grietas que la asociación de vecinos del Casco Histórico ha dado a conocer para que desde la delegación de Urbanismo se actúe cuanto antes.
"Hace un mes ya cayó una cornisa, de 200 o 300 kilos, pero afortunadamente fue dentro del palacio. Pero ahora está en peligro de caerse, y no sabemos si hacia dentro o hacia la calle", explica Alejandro González, presidente de la asociación, quien también lamenta que la Mesa del Centro Histórico no se haya reunido desde septiembre y ni siquiera se haya convocado para tratar de urgencia este tema. "Yo no les niego falta de voluntad, pero ahora mismo se está confiando en el plan Urban como plan A, pero es que si no sale no tenemos plan B", advierte González, que considera que en estos momentos "hemos llegado a un punto de no retorno en el que parece que va a salir más barato dejar que se caiga todo y construir sobre los solares que arreglar lo que ya hay". Y es que, si bien el Ayuntamiento anunció el pasado verano que se realizarían obras para consolidar la estructura de Riquelme con un presupuesto de unos 100.000 euros, dentro del Plan de Actuación 2014-2015, el presidente vecinal afirma que el palacio necesitaría "unos dos millones para arreglarlo en condiciones. Lamentablemente Riquelme ya apenas existe, sólo la fachada y las columnas de dentro, nada más".
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