Residentes de la zona cuentan que un grupo de adolescentes lleva unos días insultando e intentando agredir a todo el que se le cruza en su camino: "Estamos pasando miedo en el barrio".
“A mi madre la amenazaron, le intentaron pegar, la grabaron con el móvil”, cuenta Ana —nombre ficticio—, una vecina del Pago San José a la que le empieza a dar miedo salir a la calle. “Ella venía en coche, se bajó y empezaron a mirarla, le preguntó si les pasaba algo y se fueron para ella diciéndole: ven aquí pedazo de puta. Entonces mi madre salió corriendo y se metió en casa porque fueron para pegarle”. Así narra los hechos, y apunta que su madre tiene una cardiopatía y no puede hacer esos esfuerzos.
Los responsables del susto de estas mujeres son unos jóvenes —“suelen ser cinco o seis”, cuenta— que llevan varios días “atormentando” a los vecinos del Pago San José. “Normalmente están haciendo tonterías, pero de un tiempo a esta parte están rompiendo y quemando papeleras y destrozando mobiliario urbano”, explica Ana, que se queja de que los servicios de emergencia le hacen “caso omiso”.
“Estamos indefensas”, asegura, por eso dice que teme salir a la calle. “No podemos estar con este miedo, mi madre sale a andar y estoy asustada”, relata esta joven, a la que también han insultado verbalmente, como mera diversión. Aunque Ana y su madre no son las únicas afectadas, hay otras vecinas que han pasado por lo mismo. “Hablándolo con los vecinos ya nos contaron que ha pasado dos o tres veces, que a una señora la pusieron verde y le intentaron pegar también”, señala. Estos jóvenes, que según ella “está atormentando a medio barrio”, son menores de edad aunque no son conocidos de la zona. “No sabemos quienes son, a mí no me suenan, pero vienen todas las tardes a la plaza Macedonia y se ponen ahí a hacer botellona y a insultar a gente”, añade.
Ana asegura que llamó a la Policía Local y a la Nacional, pero que no le dieron solución. “Si no hay agresión y no está pasando nada en el momento no pueden mandar ninguna unidad, me dijeron del 112”, relata, por lo que no le queda otra que andar con cuidado. “Ya no aparcamos el coche cerca de donde se ponen, no les vaya a dar por destrozarlo, y vamos con cuidado”, dice la vecina. “¿Qué hacemos? ¿A quién denunciamos? ¿A unos niños? ¿Y quiénes son esos niños?”, se pregunta Ana, que remata: “Estamos pasando miedo en el barrio por culpa de cinco o seis adolescentes”.