Unas horas de lluvias torrenciales dejan a Jerez en vela y devastado

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La ciudad evalúa daños pocas horas después de la riada provocada por las fuertes precipitaciones de la madrugada del martes. Zafer, calles del centro y el polígono El Portal se llevan la peor parte.

“¿A ti te ha entrado mucha agua?” Es la pregunta del día en Jerez. Quizás la más repetida después de una noche como no se recuerda. La lluvia, caída torrencialmente durante toda la madrugada, protagoniza destrozos a lo largo y ancho de la ciudad. Rara es la barriada que se salva. Quien pronuncia la frase es una mujer que pasea por Porvera, una vía que, cada vez que caen las primeras gotas de la temporada otoñal, sufre las consecuencias de las deficiencias del alcantarillado. Los comerciantes de la calle se afanan achicando agua y limpiando el fango que queda en sus negocios. La grúa también trabaja aquí a marchas forzadas, retirando vehículos que han quedado cruzados en la vía. Es el tema de conversación de la jornada. Quién más, quién menos, ha sufrido algún desperfecto o conoce a alguien que ha pasado toda la noche despierto, evacuando agua e intentando salvar muebles y electrodomésticos.

“Aquí tenemos trabajo para un rato”, dice la propietaria de un negocio de Porvera, quien, fregona en mano, limpia el suelo de su tienda, que está lleno de fango. No está mejor la calle Arcos, donde también se pueden observar vehículos desplazados por el agua, e incluso un garaje subterráneo, anegado, con el agua a ras de superficie. “Habrá unos diez o doce coches ahí dentro”, señala un curioso que pasea por la zona, en una calle que, de madrugada, “parecía un río”. Lo dice un turista, quien tuvo que cambiar de habitación en el hotel donde se hospedaba, a las dos de la mañana, porque se inundaba. “Me llegaba a la rodilla”, señala, mientras con una fiambrera quita agua del vehículo que ha alquilado durante su estancia en la ciudad, aparcado en calle Arcos.

En la urbanización Zafer, en la barriada de La Asunción, nadie ha pegado ojo. La zona, con las fuertes lluvias, es habitual que se inunde cada año, según cuentan los vecinos, por la incapacidad del colector de La Zúa para absorber el agua, que queda estancada entre los bloques, provocando un auténtico caos. Los vecinos, insomnes durante toda la madrugada ayudando a achicar agua a los residentes de los bajos de los edificios, veían cómo los coches aparcados en las calles colindantes eran desplazados por las riadas, que los amontonó unos encima de otros. Unas horas después, el panorama es dantesco. La grúa empezó a retirar vehículos sobre las seis de la mañana, pero el trabajo, a mediodía de este miércoles, aún no ha terminado.

“Habría más de 80 coches aquí”, dice un vecino, señalando una zona en la que en condiciones normales cabrán una veintena. Cerca, una mujer habla con un joven. Ambos han tenido que buscar sus coches, que han aparecido desplazados a más de 50 metros de dónde los dejaron. El del joven está, por la parte trasera, montado en otro vehículo. “Para tirarlo”, señala. ¿Y ahora qué hará? “Pues ir al banco, pedir un préstamo y comprar otro, no puedo estar sin él”, señala. El de la mujer, que lo había utilizado su hijo para ir a dormir con su abuela, vecina de Zafer, esa noche, se lleva la peor parte. Tiene una enorme abolladura en la puerta del conductor, el maletero abierto, y signos de haber tenido agua en todo su interior… excepto en el techo. Desde las cuatro de la mañana, y son más de las once cuando habla con lavozdelsur.es, lleva esperando a la grúa, ya que al estar en una zona ajardinada, su rescate es más complicado.

El trajín en Zafer es constante. Los vecinos ayudan en las tareas de limpieza y empiezan a evaluar daños. Una de ellas, residente en un bajo, cuenta que no ha dormido nada. El sofá, seguramente, tenga que tirarlo. También los muebles, aunque algunos ha podido salvar. “A las cuatro de la mañana había seis personas en mi casa sacando agua”, dice. Le entraba por la cocina, la terraza y por la puerta principal. La vecina, que no tiene ánimos para dar su nombre, ni quiere, dice que lleva 37 años viviendo en la zona, y que es la tercera vez que se le inunda la vivienda, pero ninguna como ésta. “Otras veces ha entrado un poco de agua, pero esto ha sido horroroso”, señala.

A unos metros de la urbanización hay personal de Infraestructuras retirando los restos de uno de los muros de una guardería, derribado durante la noche. Hasta allí, cuentan vecinos, llegó la valla del patio de Infantil del CEIP Manuel de Falla, donde unas cuantas madres ayudan en las tareas de limpieza. La cocina del centro es lo que peor está. Operarios contratados por el Plan de Empleo Joven, manguera y cepillos en mano, adecentan el colegio, uno de los cuatro de Jerez —junto a los CEIP Torresoto, García Lorca y La Asunción— donde no se ha dado clase este miércoles. Vine con mi niño esta mañana y me lo encontré todo vacío”, cuenta una madre. El cierre se había comentado en grupos de WhatsApp, pero a ella, dice, no le había dado tiempo de mirar el móvil. “Cuando me enteré, vinimos para limpiar”, dice. Y en esas andan durante toda la mañana. Otro padre, que llega del interior del centro, cuenta que ha perdido su coche. “Fui a recoger a mi mujer a la farmacia donde trabaja, a las dos y media de la mañana, y se lo llevó el agua”, relata. La Policía Local cifra en más de 200 el número de vehículos dañados por las riadas.

María, una vecina de la barriada de Las Flores, dice que no ha dormido. No ha podido. Desde el inicio de las fuertes lluvias empezó a entrarle agua en su vivienda. “Todos los muebles están para tirarlos”, dice. Desde anoche lleva sacándolos de su casa. “Me he quedado sin cama”, añade, por lo que tendrá que improvisar esta noche, cuando dormirá —si puede— en otra habitación. Medio metro de altura dice que alcanzó. “Ha salido hasta por la ducha”, agrega.

Más de medio centenar de salidas de los bomberos y 110 incidencias atendidas por el servicio de emergencias 112 —entre las 00:35 y las 6:00 horas— convierten a Jerez en la localidad de la provincia con mayores daños ocasionados por las lluvias, donde azotó con una virulencia pocas veces vista en la ciudad. El aeropuerto registra doce litros en 45 minutos; el Guadalete, 47; la laguna de Torrox, 75; Zafer, 65; la ELA de Nueva Jarilla, 62; y Mesas de Asta, más de 100, en el mismo periodo de tiempo. Unas cifras que dan buena muestra de la magnitud del temporal.

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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