Una tortilla sin huevos o un serranito sin pollo ni cerdo: la cocina vegana se apunta a la Feria de Jerez

Mayonesa sin huevo, pero con leche de soja, para un montadito de saitán. FOTO: MANU GARCÍA.
Mayonesa sin huevo, pero con leche de soja, para un montadito de saitán. FOTO: MANU GARCÍA.

Hace tiempo que la Feria del Caballo, gastronómicamente hablando, dejó de ser el sota, caballo y rey de la tortilla, el montadito y los pimientos fritos. La presencia en cocina, casi en el cien por cien de las casetas, de restauradores profesionales y de caterings hace que el abanico de los platos y menús sea cada vez más amplio. Lo que nunca uno se hubiera imaginado es que la cocina vegana, tan alejada —en principio— de los estándares feriantes pudiera llegar al Real.

Amigos del caballo, en el número 91 de la calle Manuel Soto Sordera, se ha erigido en este año 2018 en el contrapunto a todo lo visto hasta ahora. Porque, ¿cómo se prepara una tortilla sin huevos? ¿Y un serranito sin carne de cerdo o pollo? Irene Castillo es la jefa de cocina de la caseta, que explota la discoteca Pandora. Su única experiencia trabajando en una feria la encontramos en Málaga, de donde es oriunda, aunque, como reconoce, “no tiene nada que ver con la de Jerez. Aquí hay mucho curro y doblamos turnos, desde las 10 de la mañana hasta la 1 de la madrugada”.

Para la malagueña “es un reto” traer comida vegana a la Feria del Caballo, toda vez que recuerda que los orígenes de la fiesta está en la antigua feria de ganado, con un gran consumo de carne animal, todo lo contrario al veganismo, que contempla a los animales a la misma altura de los humanos, con lo cual, los que lo practican no consumen nada de origen animal. Así, en la carta de Amigos del caballo pueden encontrarse platos típicos como los pimientos fritos, el gazpacho o el tomate aliñado, y otros tan novedosos como el tabulé con frutos secos y pasas, la ensalada de quinoa a la mostaza con nueces o las albóndigas de soja con salsa de champiñones. A eso, además, hay que añadirle variaciones de otros tan clásicos como la tortilla de patatas, el serranito o la ensaladilla. En el primero de los casos, explica que en lugar de huevos usan una mezcla de harina de garbanzo, que lo que hace es emulsionar el plato. En el caso del montadito, éste se elabora con carne de seitán, a base de trigo, que se parece en textura y sabor; mientras que la mayonesa sustituye la mayonesa hecha con huevo por otra hecha con leche de soja.

Irene Castillo, con un montadito de saitán, en la cocina de la caseta Amigos del Caballo. FOTO: MANU GARCÍA.

A diferencia de lo que piensan muchos, la cocina vegana no significa que sea más cara, explica Irene. Así, apunta que en la carta de la caseta los precios varían entre los 3,5 euros a los seis, pasando por los cinco que valen otros platos del día, fuera de carta, que cuestan cinco euros. “Nuestros precios son parecidos a los de otras casetas e incluso más baratos. Hay que tener en cuenta que en el supermercado lo más caro suele ser la carne y el pescado”.

Irene anima a cualquiera, sea vegano o no, a probar cualquiera de sus platos. “La cocina vegana es muy casera y la gente no suele notar la diferencia. La gente piensa que la comida vegana es sosa y aburrida y es todo lo contrario. La definiría de saludable, sorprendente, creativa y deliciosa”.

Sobre el autor:

jorge-miro

Jorge Miró

...saber más sobre el autor

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído