Un despilfarro municipal llamado Vinoble 2014

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La VIII edición del Salón de los Vinos Nobles, Generosos, Licorosos y Dulces Especiales (Vinoble 2014), celebrada entre los pasados 25 y 27 de mayo en el Alcázar, ha supuesto un enorme dispendio para un Ayuntamiento intervenido por el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, cuya deuda con los bancos ha crecido en tres años un 441%, y que carece de Presupuesto para el año en curso aprobado. El gobierno local trató el pasado viernes, en una rueda de prensa en la que llamó la atención la ausencia del comisario del evento, incluso de sacar pecho con las cifras que arroja Vinoble 2014 aunque éstas no se sostienen ni se maquillan tras la exposición del equipo popular.

Vinoble es un dispendio que corresponde a los expertos analizar si sigue siendo rentable promocionalmente hablando o si, como sostienen algunos, ha sufrido una pérdida de prestigio y peso descomunal. Ya el PP, no obstante, tiene experiencia en derrochar dinero público en este salón internacional. Con María José García-Pelayo como alcaldesa en 2004, cuando los populares dirigían la parcela de Promoción de la Ciudad, el déficit del evento se disparó con un boquete superior al millón de euros. Como denunció el PSOE en su momento, las cuentas de aquel Vinoble incluso recogían partidas tan lejos de nada parecido a la austeridad como una de 30.000 euros para la organización de un cóctel y otra de 12.000 para regalar 80 plumas estilográficas de lujo. 

En esta edición la aportación municipal, a partir de los propios datos ofrecidos por el Ayuntamiento, ha rondado los 145.000 euros (94.000 euros en el comisariado y 50.000 en gastos diversos), pese a que Pelayo anunció que suspendía la edición de 2012 (la cita es bienal desde 1998) porque no quería asumir en plena crisis un límite de gasto en la organización que entonces fijó en 57.000 euros. Solo el comisariado de la muestra, adjudicado a Gustatio Comunicación, empresa del periodista asturiano David Fernández-Prada, ha supuesto como se ha dicho un gasto para las famélicas arcas municipales de 94.000 euros. Paradójico, cuando menos, si se tiene en cuenta que antes de la suspensión de Vinoble 2012 el PP llegó a adjudicar a la empresa Equipo Navazos la organización del salón por 43.660 euros, unos 50.000 euros menos de lo que se va a pagar por el mismo servicio dos años después. 

Sea como fuere, el equipo popular cuadra las cuentas ante la opinión pública como buenamente puede e incluso habla de un superávit en la presente edición de 21.156 euros (en 2010, la última edición que se había celebrado tras el paréntesis de 2012, el beneficio fue de 73.461 euros). Algo que no quita para que, como mínimo, sea objeto de debate el hecho de que Vinoble acarree en estos momentos de tantas dificultades sociales costes tan superfluos para el Ayuntamiento como desembolsar más de 20.000 euros en Halcón Viajes para pagar los billetes a los invitados al evento. 

Como recoge en su edición de hoy el rotativo Diario de Jerezlos ingresos obtenidos de las empresas participantes en Vinoble 2014 rondaron los 104.000 euros, mientras que el evento supuso unos gastos que superaron los 227.000 euros. Las aportaciones, detalla, se dividen en los mencionados alrededor de 145.000 euros del Ayuntamiento; unos 50.000 euros del Consejo Regulador del Vino (de entrada, el gran beneficiado al celebrar un evento netamente comercial de estas características); 27.800 de Diputación; 20.000 euros de la Junta de Andalucía; y 46.000 euros del Ministerio de Agricultura. Este último caso es especialmente significativo, pues en abril del pasado 2013 la alcaldesa confirmó públicamente que la cartera que entonces dirigía Miguel Arias Cañete iba a aportar para esta edición del salón un total de 100.000 euros, 54.000 euros más de los que finalmente ha transferido para la celebración del evento.

Así las cosas, el responsable de Fomento Económico, Francisco Cáliz, ha afirmado sin cortarse en la rueda de prensa de balance que se ha conseguido la "autofinanciación" del certamen y que se ha cumplido con el objetivo de que Vinoble "no fuera una carga para las arcas municipales". Todo eso dentro del marco del cacareado año en el que Jerez es Ciudad Europea del Vino, una designación que ha tenido probablemente en Vinoble 2014 uno de sus actos centrales. Un evento tan sumamente alejado de la realidad del conjunto de la ciudadanía como probablemente lo estén nuestros propios responsables municipales.