El último superviviente del mercado 'fantasma' de La Plata: "Me están pidiendo que me vaya"

Durante casi una década solo dos negocios estuvieron funcionando en el mercado de abastos del histórico barrio. El último detallista que resiste, un zapatero que llegó hace 19 años, cuenta con una propuesta de traslado al centro

En el mercado de abastos de La Plata ya solo queda un negocio, al que están proponiendo un traslado al centro.
En el mercado de abastos de La Plata ya solo queda un negocio, al que están proponiendo un traslado al centro. MANU GARCÍA
25 de octubre de 2022 a las 20:05h

En el año 2004 el Ayuntamiento de Jerez ejecutó una ambiciosa obra en el mercado de abastos de La Plata, el histórico barrio con el que comenzó la expansión del centro histórico durante el desarrollismo franquista. Durante mucho tiempo, este lugar se convirtió en punto neurálgico del comercio de la zona, muy poblada, con multitud de negocios de todo tipo.

Casi 20 años después la situación es diametralmente opuesta. El mercado de abastos está prácticamente vacío y los puestos tienen echado el candado. Podría decirse que la Plaza de La Plata tiene los días contados. Pasear por los pasillos silenciosos y ver vacíos los expositores de la pescadería que hasta hace un mes estaba abierta resulta cuando menos inquietante.

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La zapatería de Antonio es el último negocio que queda en el mercado de La Plata.  MANU GARCÍA

"Durante 9 años hemos estado el pescadero y yo. Ahora me he quedado solo", cuenta Antonio, el último superviviente de este espacio de comercio tradicional que está condenado a la extinción, ante la falta de ideas y empuje para reflotarlo. "Llegué el último y voy a ser el último en irme", lamenta un hombre que comenzó a trabajar en el mercado hace casi 19 años y ha vivido de primera mano su declive.

Él es uno de los últimos zapateros clásicos que quedan en Jerez. En su pequeña tienda repara calzado y también ofrece servicio de duplicado de llaves. "Como aquí solo trabajarán un par de zapaterías en Jerez", señala.

En su momento, carnicerías, pescaderías, fruterías, congelados y otros tipos de negocios han prosperado en este mercado, pero ahora de esa buena época solo quedan los recuerdos de este jerezano que mantiene a flote su tienda como puede. "Afortunadamente mis clientes fijos no se han ido, pero esto da para vivir y poco más", explica.

Todo comenzó en 2009. En aquella época España se estaba viendo azotada por una terrible crisis económica que se tradujo en importantes pérdidas en cantidad de negocios. A nivel local, muchos establecimientos comerciales no soportaron la situación y en el mercado de abastos de La Plata no fueron pocos quienes echaron el cierre. El modo de vida y la rutina de compras también cambió. Los mercados de toda la vida estaban condenados a reinventarse —como ha ocurrido en muchas otras ciudades del país— o morir.

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El espacio ha quedado prácticamente abandonado.  MANU GARCÍA

Con el paso de los años, la situación no solo no mejoró sino que fue empeorando y ahora tal es el estado de abandono de este espacio que ni siquiera hay vigilantes de seguridad. "Ahora el encargado de abrir y cerrar todo esto soy yo", comenta Antonio. Y es que, después de una inversión tan importante "es una pena que hayan dejado morir este sitio". 

Un futuro incierto

"No tengo ni idea de qué va a pasar con el mercado, lo único que sé es que me están pidiendo que me vaya. Cuando estábamos el pescadero y yo no había problema, pero desde el momento en que se fue me empezaron a decir que no podía estar aquí. ¿Qué voy a hacer?", se pregunta resignado Antonio.

Su nuevo destino podría ser el mercado del centro, una ubicación mucho más apetecible desde el punto de vista comercial pero que también tiene su punto negativo. "Me quieren mandar a un lugar más pequeño", se queja. Su local actual mide 14 metros cuadrados y el nuevo tiene poco más de 6. Además, según explica, no existe otra posibilidad, ya que "las dos fruterías con las que compartiría espacio no quieren juntarse. El sitio que hay es ese y no hay posibilidad alguna de cambio".

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Le han propuesto el traslado al mercado del centro.  MANU GARCÍA

Para realizar su actividad profesional manipula constantemente varios aparatos de los que no puede desprenderse. "Yo trabajo con varias máquinas de un tamaño considerable y necesito espacio para moverme. No puedo marcharme a un local tan pequeño", dice. Así, asegura que "hasta que no vea cómo es realmente el sitio al que me están proponiendo mudarme y vea si todo lo que tengo allí me cabe no pienso irme". De todas formas tiene claro que en ningún caso se va a enfrentar a nadie y va a aceptar que le envíen a otra ubicación, pero no se irá a cualquier sitio. "Buscaré un lugar donde pueda trabajar en condiciones, en el centro o en otra parte", concluye.

La planificación en torno al futuro del espacio es realizar una profunda reforma cuando quede vacío y proceder a subastarlo. Será entonces cuando se pueda valorar si será el fin o si comenzará a escribirse un nuevo capítulo en la historia del mercado de abastos más antiguo de Jerez.

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Pablo Mata

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