Trabajadores de la Real Escuela: "No llegamos a final de mes"

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Los empleados de la institución ecuestre, que ya han cobrado los sueldos atrasados, salen a la calle para pedir que no se vuelvan a repetir los impagos de los primeros meses del año.

“No llegamos a final de mes”. La frase no la pronuncia un parado sin prestación, sino un trabajador en activo. De ahí la gravedad del asunto. Los empleados de la Real Escuela Andaluza del Arte Ecuestre ya han cobrado las nóminas atrasadas que se les debían, pero ahora piden que no se vuelvan a repetir los impagos. No han tenido un comienzo de año fácil. Antonio tiene dos hijos pequeños, una hipoteca y 300 euros menos de sueldo desde 2013. Tuvo que haberlos recuperado a principios de 2015, pero no fue así.

En los 25 años que lleva trabajando en la institución, cuenta, éste es uno de los peores momentos que recuerda. Durante 2013 y 2014 negociaron un descuelgue del convenio por el que se redujeron los salarios una media de un 12%, que siguen sufriendo más de tres años después. Aunque no es el único recorte. Ya no les dan ayudas para los libros de sus hijos ni tienen plan de pensiones, cuenta. Su sueldo es el único que entra en su casa, por lo que, al haber cobrado con cuentagotas, ha tenido que tirar de ahorros. “Tengo trabajo y no puedo salir tranquilo a tomarme una cerveza”, señala.

Haber estado cobrando con “chorreos”, de entre 250 y 300 euros, ha hecho que pague recargos de la hipoteca y de un préstamo que tiene. “En cuanto lo ingresas te lo quita el banco”, dice resignado. Más de 100 euros mensuales en intereses que hacen que la cuesta sea un poco más empinada. Eso a pesar de que están trabajando “el doble”. “En Navidad se va de vacaciones la mitad de la plantilla y no se repone”, dice como ejemplo, y añade que ya tampoco cobran horas extra cuando trabajan los fines de semana.

En su caso, él, que es mozo de cuadra, se tiene que hacer cargo de 12 caballos sólo, cuando antes esa tarea la hacían entre dos personas. “Antes se estaba más a gusto, todo esto hace que la calidad esté bajando”. Antonio cuenta que “los caballos y los arreos ya no salen tan limpios”. No dan abasto.

Los 2,1 millones de euros anuales que aporta la Junta de Andalucía a la Real Escuela no cubren el gasto de personal, que ronda los 3,8 millones. “Lo que deja que desear es la parte que no se ve”, sostiene Honorio, otro trabajador de la Real Escuela, que añade: “Cuesta estar de cara al público y tener que poner buena cara con la que tenemos encima”. Él, con 20 años de experiencia en su puesto, es consciente de que la Real Escuela “no se autoabastece”, pero señala: “De nosotros come mucha gente: el taxista, el del restaurante, el del coche de caballos…”

También tiene Honorio problemas para pagar la hipoteca. “He tenido que pedir ayuda a familiares algún mes que otro y también al banco para pagar gastos”, dice. “Pedimos nuestros derechos”, añade. Lo mismo piensa su compañero Domingo, padre de tres hijos, los menores de dos años y cinco meses respectivamente, que no exige más que lo que le corresponde: “Quiero que me den lo mío”. Como Honorio, también ha pedido dinero para poder pagar deudas, ya que con “las limosnas que nos han estado dando no me llegaba para nada”.

“Te meten el miedo de que hay que aguantar, intimidan al personal con posibles despidos”, sostiene otro trabajador, que dice que tienen que llevan tiempo lidiando con esas presiones. Por eso salen a la calle, para protestar, y pedir que el consejero de Turismo y Deporte de la Junta, Francisco Javier Fernández, se siente con ellos. Tienen una reunión solicitada desde el 11 de febrero. Mientras, pasa el tiempo y se acerca la fecha en la que están citados en los juzgados, el 16 de mayo, tras haber presentado una denuncia colectiva contra la empresa. 

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