En pleno corazón de Jerez de la Frontera, la Bodega Díez Mérito ha querido recordar la fascinante historia de uno de sus símbolos más curiosos: Tío Cándido. "En la Bodega Bertemati, ubicada en la Calle Diego Fernández Herrera, 10, se encuentra una figura histórica que ha sido testigo de innumerables momentos memorables", explican desde la propia bodega.
Según relatan, este personaje peculiar está "sentado en una bota, no solo como un símbolo de la rica tradición vinícola de la región, sino también por haber estado presente en la Exposición Universal de París de 1900". Se trata de un muñeco de tamaño natural, con "fajín rojo y las típicas facciones de haber bebido en exceso el néctar jerezano", que sostiene "una botella de vino en la mano izquierda y una copa en la derecha".
¿Por qué Cándido?
El nombre de Cándido, según la bodega, proviene de "la marca de un vino fino que embotellaba aquella antigua bodega, que a su vez lo tomaba de un famoso torero del siglo XVII llamado José Cándido, muerto de una cornada que le diera un toro en la Real Plaza del Puerto de Santa María el 24 de junio de 1771". Una historia que la bodega describe como "la primera muerte de un torero de a pie por salvar a otro compañero", en alusión a la copla de la época: "Lo mató un toro de Bornos por salvar a Chiquilín".
Protagonista en la Exposición Universal de París
Pero la fama de Tío Cándido no quedó solo en la historia local. La Bodega Díez Mérito recuerda que "en la Exposición Universal de París, celebrada entre abril y noviembre de 1900, el muñeco Cándido montado sobre su barril fue el centro de atención de los visitantes al stand que la bodega del Marqués del Mérito tuvo instalado en el Pabellón de España". Una muestra de cómo la tradición vinícola jerezana ya era admirada a nivel internacional.
La bodega subraya que la figura de Tío Cándido sigue siendo un símbolo de su dedicación a la excelencia: "Visita nuestra bodega y descubre más sobre la fascinante historia de Tío Cándido y nuestra dedicación a la excelencia vinícola", invitan desde Díez Mérito.
Así, este personaje se mantiene como un vínculo tangible entre la historia del vino en Jerez y la actualidad, recordando al visitante la creatividad, el humor y la pasión que han acompañado al jerez desde hace siglos.
