La Unión de Hermandades celebra esta noche un pleno de hermanos mayores cargado de tensión. La cita, que incluye un pleno ordinario y tres extraordinarios, llega precedida por un escrito firmado por varios hermanos mayores que piden “claridad absoluta en las cuentas”, especialmente las relativas a la Procesión Magna, cuyo coste, según denuncian, “ha sido el doble de lo previsto”.
El ambiente previo es de máxima inquietud y malestar. Según relatan fuentes cercanas, la actitud del Consejo y su presidente no ha contribuido a calmar los ánimos: “A las preguntas no se nos dan respuestas”, denuncian. El orden del día abarca desde la liquidación del ejercicio económico, Magna, tema IVA y hasta la aprobación de rectificaciones a cuentas ya aprobadas y remitidas a la Delegación Diocesana.
Las cuentas de la Magna, el epicentro del conflicto
Entre los puntos más delicados, destaca la aprobación de las cuentas de la Magna celebrada en octubre del pasado año. Los firmantes del escrito insisten en que los informes económicos deben llegar con antelación suficiente para poder analizarlos, y no ser entregados minutos antes del pleno. “Queremos que, a partir de aquí, se determine cómo tiene que actuar el Consejo, para que no pasen más estos excesos”, afirman.
Aseguran que el gasto del evento ha superado ampliamente lo aprobado, sin que hayan recibido justificaciones. Además, piden que se modifique la normativa diocesana para facilitar el acceso previo a las cuentas y poder fiscalizar con tiempo el balance económico, como exige su “responsabilidad como hermanos mayores ante nuestros hermanos y juntas de gobierno”.
“Hay cosas que no cuadran”, insisten las fuentes consultadas por lavozdelsur.es. No obstante, descartan una ofensiva personal contra el presidente del Consejo: “Esto no es una conspiración. No debe tomárselo como algo personal”. El objetivo, reiteran, es establecer reglas claras de funcionamiento y gestión interna.
El informe económico 2024, devuelto por la Delegación
Llama especialmente la atención la convocatoria del primer pleno extraordinario, dedicado a enmendar las cuentas de 2024. La Delegación de Hermandades habría devuelto el informe económico del pasado año al detectar discrepancias con lo aprobado en el pleno. Por ello, se exigen aclaraciones, rectificaciones y una nueva presentación acorde a lo votado.
“Hay cosas que se han hecho mal. Es el momento de pararnos y determinar cómo hay que funcionar correctamente”, afirma con rotundidad uno de los hermanos mayores. A su juicio, aprobar sin revisar en profundidad “daría demasiada manga ancha”, un precedente que consideran peligroso para el futuro.
Uno de los aspectos más criticados es que la organización de la Magna se realizó de espaldas a los dirigentes de las hermandades. “No se contó con nosotros para casi nada”, lamentan. “Fue la Magna del presidente y su Consejo. No se nos consultó nada”, subraya una de las voces firmantes del escrito.
El cierre de curso, lejos de ser un trámite, se convierte así en un momento decisivo. Las sospechas apuntan exclusivamente a una mala gestión, sin ir más allá. El evento, dicen, se le quedó grande al Consejo, que actuó con prisas y escasa planificación. Todo arranca, explican, desde aquel pleno de junio del pasado año, donde ya se preguntó por el coste y no se ofrecieron respuestas claras.
“Se dieron excusas como que se estaba preparando el informe para el obispado, cosa que no ha sucedido”, concluyen. Esta noche, el Consejo se juega más que unas cuentas: se enfrenta a una seria crisis de confianza.