Familia, fraternidad, son las palabras que vertebran al moto group Sureños 11408. No son valores exclusivos de esta banda, en España la gran mayoría de grupos que actualmente se consolidan como moto club nace bajo estos preceptos. Por lo que parece, más allá de la península Ibérica, esta subcultura es bien distinta. En el imaginario social, a causa de las innumerables películas o series que versan sobre moteros, encierran una imagen de mafia, de vandalismo, de rebeldía. Catorce personas, entre ellos dos mujeres, circulan por Jerez ataviadas con chalecos de cuero con los parches correspondientes, “todo tiene su medida, no puedes ponerte uno más pequeño”, expresa Luis Capote, mientras señala su parche de vicepresidente. La idea de montar Sureños 11408 la origina Alex Ortiz, un popular tatuador sordo de la ciudad conocido como Zordo, y Luis Capote durante una comida familiar a principios de 2015. Ambos son vecinos, y con el tiempo se han convertido en hermanos. ¿Qué tenían en común? Muchos tatuajes en el cuerpo y una pasión: las motos.

Es curioso, pero todos los integrantes del club tienen tinta en su cuerpo, quizá el hecho de que dos de ellos sean tatuadores ha influido en algo. En los cargos principales de Sureños 11408 se encuentran Zordo y Capote, el presidente y vicepresidente; Esther Suárez es la secretaria, Mercedes Rivero, la tesorera; Capone es otro tatuador sordo y supervisa, en su papel de sargento de armas, que la disciplina del club se esté llevando a cabo correctamente entre los demás compañeros. Después el moto group lo forman: Manu, que trabaja en su día a día de cocinero; Pablo Pérez, como dependiente, al igual que el Jocker, otro de los miembros; Antonio Trebujena, conocido entre ellos como Tony Brown, es joyero; Paco trabaja en los seguros; y luego están el alemán Stefan, un soldador sordo, y el italiano Giuseppe. Estos dos últimos viven en sus respectivos países y aterrizan en Jerez cuando hay encuentros importantes. ¿Por qué están en un club motero de Jerez y no en uno alemán o italiano? “Les gusta nuestra cultura, los clubs de España no son los mismos que los demás. Hay diferentes normas. Es otro rollo”, responde uno de ellos. 

En el polígono El Portal resuenan las gárgaras que produce el escape de una moto. Rugen, pero no para llamar la atención, es su sonido habitual. La moto de Zordo es azul, la más antigua, una Suzuki completamente customizada al estilo chicano, como el logo del club que él mismo dibujó. Capote va subido en la más elegante, la más cómoda, una Harley Davidson, y Capote chico monta la mismísima representación de la mala suerte, una Honda Shadow amarilla con el número 13 serigrafiado. Los tres llegan a la nave que ellos mismos han arreglado desde cero. Tienen pensado montar una fiesta en esas mismas instalaciones el próximo 4 de febrero. “Es nuestro aniversario”, puntualizan. La formación cumple un año y están preparando la inauguración de dicho local, un evento reservado para socios e invitados que esperan que sea "una locura". Pero por lo pronto no quieren adelantar qué sorpresas se llevarán a cabo entre las paredes de grafiti de la nave y la zona de chill out que han construido en el patio interior.

Señalan que ellos, al ser moto group, no tienen por qué contar con un local, ya que sí es imprescindible para el segundo nivel, cuando lleguen a gang. Los clubs de moteros tienen tres fases. Cuando nacen son conocidos como moto group. Sureños 11408, al llevar tan poco tiempo, todavía se encuentran en este estadio; luego está gang, un nivel más estricto que exige la creación de un espacio de reuniones y la expulsión de las mujeres del club. Y moto club (MC) es la tercer fase, a la que aspira toda formación de moteros, la fase de mayor prestigio por el número de años que llevan en la calle, por el recorrido del club.

En España dentro de esta subcultura existen tres alianzas que se diferencian geográficamente: la Alianza Sur, la Centro y la Norte. En Jerez solo hay cuatro grupos que estén integrados en dicha comunidad, el club Dragones que lleva cerca de 20 años de existencia; Patriotas; Hijos del Sherish y el recién nacido Sureños 11408. “En la ciudad muchos conocen al club Cherokee, pero ellos están en la federación de motociclismo. Son una peña, no están dentro de la Alianza Sur. Ocurre lo mismo con Sin Gasolina”, apunta Capote. No obstante, prácticamente todos los grupos desempeñan las mismas funciones: reunirse semanalmente, salir juntos con las motos y visitar a otros clubes, sin embargo los miembros de Sureños 11408 solo mantienen convivencias con otros grupos de la congregación, por lo que no tienen contacto con las bandas que se encuentran en otras federaciones. 

El sobrenombre de Sureños 11408 no fue la primera opción. Capote cuenta que a la hora de iniciar el club motero pensaban llamarse South Side pero que a la hora de formalizar el asunto ese nombre ya estaba escogido en la base de datos. Ese ambiente de anarquía es un espejismo, los clubes de moteros guardan un orden entre ellos, incluso deben escoger colores propios del club que no se repitan con los de otras agrupaciones. Ellos se decantaron por el negro, gris y blanco, colores que aparecen en su escudo ovalado. Hay normas comunes, como por ejemplo el uso de las chaquetas de cuero, las proporciones de los parches, los encuentros semanales y los cinco roles, el número mínimo de personas para conformar un club.

"Si alguno tiene problemas se le aconseja y se le ayuda en la medida de los posible"

Más allá de esos criterios básicos, cada banda tiene sus reglas internas. La principal por la que se guía Sureños 11408 es el apoyo a los demás "hermanos". Los clubes de moteros son como una "gran familia". Existe una norma tácita y es la lealtad a la hermandad. "Si alguno tiene problemas se le aconseja y se le ayuda en la medida de los posible. Hubo una ocasión en el que el hijo de uno de nosotros necesitaba un dinero y cada uno aportamos una cantidad", comparte el vicepresidente. Insisten en que esa es su filosofía: "El club siempre está para ayudarte". No solo entre miembros de la misma banda, también con "hermanos de cualquiera de las alianzas". No obstante, no todos pueden pertenecer a Sureños 11408. Como todas las demás bandas de moteros, existe un periodo de prueba, el mismo Capote chico está en ello. Él no tiene el parche del club en la espalda de su chupa, es prospect, es decir, que todavía está en proceso. "Hay mucha gente que se flipa y quiere entrar a formar parte del grupo, pero esto no es un capricho", concluye Capote, mientras Zordo asiente reiteradas veces. 

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Claudia González Romero

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