Suciedad, ruido, vandalismo y jóvenes practicando sexo en la calle Clavel

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Vecinos de barriada España se quejan: "No queremos el cierre de La Comedia, pedimos más control de los horarios y que en el exterior no se haga botellón”.

Vasos por el suelo, botellines en los alcorques de los árboles, latas, bolsas de plástico, charcos de orines o bebidas… La escena se repite todas las semanas. Por eso los vecinos de la barriada España están hartos de la suciedad que dejan muchos jóvenes que se concentran en las calles aledañas a la sala La Comedia, de la calle Clavel. Los residentes en las viviendas cercanas aguantan el ruido y la suciedad cada pocos días, aunque no quieren que cierre el establecimiento. “No queremos el cierre pues consideramos que lleva muchos años y es algo emblemático... Todos hemos ido alguna vez. Pero pedimos más control de los horarios y que en el exterior no se haga botellón”, señalan fuentes vecinales, que afirman: “Es de vergüenza lo que pasa en la puerta cada semana”.

Levantarse por la mañana y ver la calle sucia es el día a día de los vecinos que viven junto a la sala, que apuntan que ellos mismos han tenido que recoger vasos del suelo en más de una ocasión para que no estén ahí “hasta dos y tres días”. “Yo he llamado a Urbaser para que me dijeran qué días limpiaban y no me quisieron dar el plan, al día siguiente pasó un camión limpiando, pero el olor es horrible porque hacen pis en las puertas de las casas”, se queja una vecina.

“Es una pena que una zona tan céntrica tenga tan mal aspecto por no estar controlada”, señalan residentes de la zona, que aseguran que han visto a jóvenes orinar, vomitar... "Yo vivo justo al lado y me he encontrado a gente haciendo sexo", añade una vecina de la barriada España. “Mean en mi puerta, llaman al timbre todas las noches .... Se llama a la policía a diario”, añade. Hasta un contenedor completamente calcinado, a escasos metros de la puerta de entrada al local, se puede encontrar en la zona.

El mítico establecimiento tiene más de 35 años de historia, por lo que la situación no es nueva. “No sabemos qué hacer, nos tienen olvidados”, señalan otros residentes de una zona en la que las noches son de todo menos tranquilas. “Hay días que no hay quien duerma”, se queja una vecina, que pide más presencia policial y más limpieza, ya que cuenta que tiene que salir de su casa los fines de semana apartando bolsas, botellas y vasos, que tiene que recoger ella misma. "Limpian demasiado tarde, la calle por la mañana da pena verla", añade. 

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