Una imagen insólita tuvo lugar hace unos días en pleno casco histórico de Jerez. Dos mujeres que iban caminando por la calle San Blas, en el barrio de San Mateo, se percataron de repente de que por el otro lado de la calle, delante de ellas y en su misma dirección, avanzaba reptando una serpiente pegada al muro de una bodega.
Las dos mujeres se detuvieron en seco y una de ellas grabó la imagen añadiendo un significativo "madre mía... madre mía". A continuación abrió el plano, a fin de comentar, precisamente, que se encontraban en una zona muy céntrica de Jerez, aunque es cierto que no está especialmente habitada ya que cuenta con varias naves bodegueras.
El ofidio continuó tranquilamente su camino y se perdió de vista más adelante. Era una culebra con un buen tamaño, más de un metro, que hizo que las dos mujeres que la grabaron decidieran tomar medidas preventivas, como parar y esperar a que ganara unos metros de ventaja hasta que se perdió, sin que, afortunadamente, aunque solo fuera por el susto que se iba a llevar, viniera en esos momentos nadie de frente, por el otro lado de la calle.
San Blas es una calle que tiene varios solares sin construir, otros medio derruidos, con lo que eso significa en cuanto a la proliferación de fauna y flora, digamos, más o menos silvestre. Durante años estuvo cerrada al tráfico porque tenía varios puntales sujetando construcciones en estado semirruinoso. De hecho, durante mucho tiempo, en esta calle solo se internaba chavalería para hacer botellón antes de ir a alguno de los locales de ocio que hay en las inmediaciones.