Gran pregón de Zurita: verso para una obra plena de recuerdos, cofrades ilustres, signos y mensajes

La proclamación fue la más corta en duración de los últimos años en la antesala de la Semana Santa de Jerez llegando a alrededor de dos horas. En más de una veintena de veces los aplausos irrumpieron en el pregón. Lleno absoluto en el Villamarta

Paco Zurita en plena declamación de su obra.
Paco Zurita en plena declamación de su obra. CANDELA NÚÑEZ

Dos horas más o menos duró la proclamación de Francisco Zurita. 120 minutos que fueron suficientes para pregonar la Semana Santa de Jerez con sus 45 hermandades. Un aviso para los que persisten en hacer demasiado largo este acto. Es posible no estar tres horas o más. A las 14.15 horas dio el ‘ahí queó’ a un paso que empezó a gobernar pasado el mediodía. No fue puntual el inicio, cosa rara.

El pregón gustó mucho. Fue una gran obra plena de lírica y de mensaje marcado en todo momento de su profundo carisma cristiano y cofrade. Zurita puso sobre el papel su amplia formación literaria para versificarlo en un porcentaje muy elevado. Y eso tiene un gran valor en la disciplina del pregón. Lo hilvanó cogiendo la cronología de la Pasión de Cristo del que fue colgando hermandades, advocaciones, personajes ilustres de la historia cofrade local y también, a otros más anónimos que en algún momento de la vida de Zurita le han trasmitido e inspirado.

El pregonero en el escenario ante la cruz de los Judíos y la cera proyectada.    CANDELA NUÑEZ
El pregonero en el escenario ante la cruz de los Judíos y la cera proyectada.    CANDELA NUÑEZ 

Lo dijo bien. Con la entonación adecuada a cada momento. El público ayudó con sus aplausos para que Zurita tomara aire y ritmo. Pausado, meditando y mascando cada párrafo y cada verso. Quiso que todos lo entendieran, que les llegará el mensaje duro que nos muestra la sociedad actual del que no escapa el cofrade; muchos de esos ángulos negros los blanqueó con buenas raciones de la cal blanca y sincera de sus oraciones versificadas.  

Como lo anticipó, el verso mandó. A casi todas las advocaciones dedicó prosa y lírica que levantaba el aplauso del público. Fue interrumpido más de una veintena de veces, aplausos que marcaron los episodios de su pregón y que fueron un buen termómetro para medir la aceptación de lo que fue diciendo. Algunos más intensos como el que protagonizó una joven de diez años que entró en escena para depositar flores blancas al pie de la imagen de la Virgen del Valle proyectada en el fondo. El pregonero contó cómo de bebé esta niña fue desahuciada nada más nacer. No había remedio pero sí esperanza. La encomendaron al Valle y la oración hizo lo imposible.

El Prendimiento dominando el escenario.  CANDELA NUÑEZ
El Prendimiento dominando el escenario.  CANDELA NUÑEZ  

Cada advocación cofradiera, cada personaje, cada momento íntimo del pregonero todo colgó de ese árbol de la Pasión de Cristo. Fue también el pregón de los cofrades anónimos, de los que por sus peculiares intelectos eran portadores de la más limpia verdad: Manolito Mesa, el del Huerto; Emilio el Guardia… “para llegar a ti no hace falta ser listo, solo tener el alma limpia como la de un niño. El que tiene el alma pura nunca se siente solo y abandonado”.

Un vendedor de almendras gitano y del Prendimiento; Paco, encendedor de pasos… fueron algunos de los personajes que amoldaron el alma cofrade del pregonero. Fueron ramilletes de sentimientos expresados en voz alta y alabando la entrega hacia los que sufren buscando su alivio, “que a la vez alivian a Jesus en su carga de la cruz”.

“Los que hacen el bien sin mirar a quien con la sonrisa siempre, aceptando la misión”. Homenaje a gente entregada como Jose Alfonso Reimondez Lete, que lo trajo a la memoria de todos. El que fue presidente del Consejo y hermano mayor y artesano de la vida le condujo reclamar ante todos, en un claro interés para que no caigan en el olvido, a otros nombres imprescindibles.

La presidencia aplaudiendo un momento de la proclamación.  CANDELA NUÑEZ
La presidencia aplaudiendo un momento de la proclamación.  CANDELA NUÑEZ 

Diego Romero Fabiere, pregonero gráfico eterno de la Semana Santa de Jerez, “que sus fotos tenían el amor divino”, el capataz Diego García de los Santos que mandó al pregonero en su experiencia costalera… nombres aún recordados que junto a muchos más harían una lista interminable.

El bueno de Diego ‘el gorrión’ le condujo al mundo costalero en una defensa de la verdad que encierra, recordando la experiencia de los costaleros por los mayores durante la pandemia. Con algún ole espontáneo, evocó su versión costalera que fue con gente llena de sinceridad y entregada.

Fue el pregón en el que lo humano su unió a la divinidad. Esos jerezanos que han sido emblemas de sus cofradías. Los que han pasado sin brillos y medallas dejando solo una sencilla herencia que se encuentra en la humildad de su trabajo. Su día a día, su ejemplo y también su tragedia: Nono Merino, nazareno del Santo Crucifijo, que Dios lo recogió en una madrugada cuando salía de su casa paterna camino de San Miguel enfundado de ruan negro.

El pregonero trajo a Lete ante el Jerez cofrade.   CANDELA NUÑEZ
El pregonero trajo a Lete ante el Jerez cofrade.   CANDELA NUÑEZ  

Y más en el recuerdo, Luis Álvarez Beigbeder que desde su balcón en la calle Merced veía pasar la vida con enorme entereza pese a la enfermedad que lo tenía postrado. Ese balcón era su vida; desde él observaba el pórtico de Santiago adivinando a su Prendimiento. Balcón por el que pasaban el Señor de las Penas y, su dueño y señor, el de las manos amarrás.

Recordó a los pregoneros que le han precedido. Aunándolos en Antonio Gallardo Molina, “trovador y buen cristiano. Caballero, poeta y compositor que reza con el alma enamorada. Un poeta que podía rezar con versos de nardos”. Se inclinó en señal de respeto ante una imagen de Gallardo proyectada sobre el fondo. Las Hermanas de la Cruz también llegaron al pregón por los 75 años que cumplen en Jerez “haciendo el bien y amando al prójimo como tú quieres”. 

Alhelíes blancos en la embocadura del escenario, en un extremo, y otro centro de esa flor en el otro pero más alto y junto a un candelabro de pie con cera encendida. ¿Qué transmitía esa composición? Nadie fue capaz de explicarlo. Solo cabe que fuera un alarde decorativo, sin más.

El obispo, la alcaldesa, el presidente, el pregonero y el presentador, su hijo Juan Manuel Zurita Bocarando. Esa fue la discreta presidencia que se acostumbra por aquí. Sobre el fondo negro se colgó elevada la cruz de guía del Desconsuelo. En todo momento se proyectó junto a esa magnífica pieza un vídeo de cera encendida, imagen que desapareció solo para cambiarla por la Virgen del Valle, el rostro de Lete, el balcón de Luis y el Señor de las Penas y María del Desconsuelo.

Las pastas del pregón en manos de Zurita.    CANDELA NUÑEZ
Las pastas del pregón en manos de Zurita.    CANDELA NUÑEZ 

Lleno en el patio butacas entre los que estaban ex pregoneros, hermanos mayores, consejeros, expresidentes. En el balcón del anfiteatro, que también se llenó, se vieron a delegados del gobierno municipal y a María José García-Pelayo acompañada de dirigentes populares. En la platea estuvo su familia, entre ella, su padre el gran Santiago, madre, su esposa, hijos y muchos más como su suegro Juan Manuel Bocarando.

La banda municipal de música, pese a sus graves carencias, defendió bien el repertorio escogido por el pregonero lo que pone de manifiesto los buenos músicos que la integran, porque tienen que serlo para sacar adelante un repertorio complicado.

Sonaron Mater desolata de Beigbeder para empezar, Estrella Sublime al abrirse el telón, siendo un gesto hacia la Estrella de Jerez ante su próxima coronación canónica, y Soleá Dame La Mano, de Font de Anta, tras la presentación al ser la marcha que más le llega a Francisco Zurita.

La banda en el foso de músicos.    CANDELA NUÑEZ
La banda en el foso de músicos.    CANDELA NUÑEZ 

Juan Manuel Zurita bocarando, hijo del pregonero, lo presentó: “Un orgullo y una responsabilidad”dijo. “Hoy el pregonero es un colaborador de Dios”. Con las relucientes y artísticas pastas de terciopelo rojo y plata que cubrían su pregón, a las 12.35 horas, Zurita ocupó el atril que cada año cede la Hermandad de las Cinco Llagas para este menester. 

“Nadie como La Amargura puede entender los latigazos que recibimos en esta vida”. “Dejamos que el rencor nos crucifique. Cuánto aliviaría tus penas si aprendiéramos a perdonarnos”. “En la vida de cada artista estás tú Señor”. “Hoy te seguimos coronando con nuestras envidias”. “Cuando caemos en el ultraje y la crítica endiablada hacemos sufrir al Ecce Homo”… no cabría en esta crónica cuánto puso en las alforjas de la humanidad que va contra la condición cristiana, una humanidad en la que lo cofrade está inserta y que bebe de esas fuentes alienadas. Pidió y pidió volver al camino del Señor.

Terminó con un rosario de las advocaciones de María según la Pasion de Jerez. Todas menos dos que dejó para el final. Las Angustias, recordando el día y hora de su nacimiento coincidente con la hora que salía la del Humilladero, la devoción de sus abuelos. Y el adiós fue con su Desconsuelo ante la que fue bautizado y ante la que se casó.

Larguísimo aplauso rematado al compás de bulerías fue la respuesta de la concurrencia. Como es costumbre sonó el himno de España mientras Paco Zurita dirigía una mirada llena de satisfacción y cansancio pero de agradecimiento hacia atrás, hacia Las Penas y el Desconsuelo proyectados sobre el fundido a negro del fin, de la caída del telón.

El final, suena el himno y se echa el telón.     CANDELA NUÑEZ
El final, suena el himno y se echa el telón.     CANDELA NUÑEZ 

Reacciones

El pregonero, ya más relajado, con telón abajo y protegido por la intimidad del escenario solo con autoridades, familia y amigos, dijo haberse sentido “cómodo. Hemos empezado con un poco de retraso pero hemos conseguido cuadrarnos al tiempo. Ha habido una escucha intensa y ha gustado, la gente ha quedado contenta”.

Evaluó el recuerdo a “personas que hacen grande la Semana Santa desde primer o segundo plano”. Contó que “intentaba intuir dónde estaba la gente de la que estaba hablando”, esperaba que haya sido “emotivo, y que  la gente que me quiere, y la que no también, hayan disfrutado y se hayan emocionado”, y confiesa que venía “entrenado para no emocionarse mucho”.

Su hijo, Juan Manuel Zurita, le ha presentado: "Ha sido muy especial presentar a mi padre y recordar a mi familia y a mis compañeros de la hermandad del desconsuelo". La alcaldesa Mamen Sánchez lo evaluó como un “pregón lleno de emociones desde que le presenta su hijo hasta el final. Se le ha visto muy metido, transmitiendo lo que tiene que ser un pregón de este tipo”

El presidente de la Unión de Hermandades Juan Manuel García Cordero expresó que “ha cumplido con nuestras expectativas. Sabíamos la formación que tenía y no dudábamos que sería muy emocionante”. Reconoció también que “quisimos darle el honor de ser pregonero para que su padre pudiera verle en vida”. Finalmente, el presidente subraya que “el mensaje que tiene que dar un cristiano es de luz, esperanza y alegría y Paco lo ha conseguido”

Sobre el autor:

KIKO ABUIN 1

Kiko Abuín

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