La guerra no es un juego. Con esa premisa se han concentrado en la puerta principal de Ifeca, donde estos días tiene lugar Juvelandia, un grupo de personas para denunciar la celebración de actividades militaristas en la feria de ocio infantil y juvenil. "Es una barbaridad, este espacio tiene que tener contenidos educativos y la peor manera de divertir a los chavales es a través de vehículos militares", asegura Francisco Cuevas Noa, docente y miembro de CNT. Cuevas Noa apunta que "los niños no tienen capacidad crítica y a muchos les fascina el armamento, pero no son conscientes de lo malo que es en realidad". El año pasado, sin ir más lejos, "había tanques que se estaban utilizando en Afganistán", asegura este pedagogo.
"Nos parece que esto es sólo un pequeño síntoma del militarismo que impregna la sociedad", dice Juan José Ruiz, miembro de la Red Antimilitarista No Violenta de Andalucía (RANA), que también es profesor e intenta que en los centros educativos "los alumnos se enteren de la realidad de este tipo de acciones". Ruiz denuncia que "al tiempo que hay recortes se camuflan los gastos militares en los Presupuestos Generales del Estado". "Esto debe llegar a la población", dice tajante, ya que "en los institutos se vende como si fuera una salida laboral más pero no se habla de lo que hay detrás de este sistema militarista". El docente cree que "se quiere hacer ver a los niños que la guerra es una cosa divertida, cuando es todo lo contrario", por eso piden a Juvelandia que deje de celebrar este tipo de actividades. Su lucha es "por una infancia libre de militarización y de represión".
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