Las dos exregidoras, que declaran como testigos en el juicio por el caso 'estación de autobuses', afirman que no estuvieron "en el día a día" de la venta de la estación de autobuses, entre otras cosas por la mala relación que, reconocen, mantuvieron con el también exalcalde.
Pasaban las diez y diez de la mañana cuando María José García-Pelayo se sentaba ante el tribunal para declarar como testigo por el caso ‘estación de autobuses’. A apenas tres metros suya, en el banquillo de los acusados, Pedro Pacheco, mirada al frente, escuchaba atento las palabras de quien fuera su socia durante los dos años que el PP formó gobierno de coalición con el PSA en el Ayuntamiento de Jerez (2003-2005).
La exalcaldesa, que fue arropada por sus compañeras de partido Isabel Paredes y Lidia Menacho, tuvo que soportar a su llegada a la Audiencia los improperios de un ciudadano que le deseó verla pronto “presa” –Pelayo está imputada por la rama jerezana de la Gürtel-.
En una declaración que apenas duró 25 minutos, señaló que a pesar de ostentar como alcaldesa la presidencia de Emusujesa, no estuvo “en el día a día” del expediente de la venta de la antigua estación de autobuses ni recordaba cuál fue el procedimiento de la venta. Esto se debió, entre otras cosas, a la tensa relación política que mantenía por entonces con Pacheco. “Las relaciones no eran fluidas. Asistí al consejo el que se inició el expediente y poco más. No conozco esto en profundidad y además la normativa ha cambiado después de tantos años”.
Eso sí, a preguntas del letrado de Pedo Pacheco sobre si el procedimiento de desafectación del inmueble fue el correcto, fue clara: “entiendo que sí”.
Tras su declaración, Pelayo salía de la sala sin mirar a Pacheco, que mantuvo la mirada al frente. A continuación era Pilar Sánchez la que le tocaba declarar ante el tribunal para encontrarse con su presidente, Ignacio Bermúdez, que es quien precisamente debe resolver, a favor o en contra, los recursos que ha presentado para eludir la prisión.
Sánchez, al igual que hizo Pelayo minutos antes, aseguró que no estaba al tanto de todo lo que ocurría en Emusujesa, ni que hubiera ningún tipo de injerencia por parte de la Alcaldía durante el proceso de la venta. “Yo nunca pisé Emusujesa. Era él –en referencia a Pacheco- el que fijaba lo que era el día a día”.
Pilar Sánchez, que también reconoció que la venta del inmueble se llevó a cabo para intentar aliviar la situación de ruina por la que pasaba la tesorería municipal -“cualquier efectivo que se vendía” iba a parar “a gasto corriente. Todo tenía repercusión en el Ayuntamiento”- señaló que su relación con Pacheco “se fue deteriorando con el tiempo”, lo que provocó que, finalmente no existiera “ninguna relación” con él. “Yo no participaba en ninguno de los temas que él tenía delegados”.
Eso sí, afirmó que esta mala relación “no provocó ningún tipo de polémica” en torno a la venta, que entiende “se tramitó por la vía normal”. Eso sí, afirmó también que si hubiera conocido que se estaba llevando a cabo algún tipo de ilegalidad, habría “parado” el proceso.
Posteriormente, a preguntas del fiscal anticorrupción, Manuel Arjona, sobre las ofertas presentadas para hacerse con el inmueble, Pilar Sánchez afirmó no recordar nada -“asistía a cientos de consejos y es imposible que yo me acuerde”- y por último, sobre su relación con otro de los imputados, José Luis López ‘el turronero’, señaló que su relación con él empieza en mayo de 2009, fecha del ascenso del Xerez CD a Primera División, si bien su amistad se fue incrementando con el tiempo.
Cerca de una hora duró su declaración. Sánchez, a diferencia de Pelayo, sí dirigió una leve mirada a Pacheco, su némesis política. Aquella guerra que mantuvieron ambos y que se acabó trasladando a los juzgados les ha costado muy caro a ambos.
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