La edición de 2025 de la Feria de Jerez quedó clausurada este pasado sábado con un repunte de visitantes en su tarde-noche, si bien volvieron a salir a relucir los contrastes de quienes no esperan al apagado final y comienzan a recoger sus bártulos antes de tiempo.
El mediodía, salvo en casetas contadas, fue cortito una jornada más. "El mediodía ha estado muerto", confesaba un casetero a este periódico. Como si desde el jueves esta montaña rusa de emociones que es la Feria enfilara el adiós en forma de deserciones. Todo el último sábado tiene sabor a esas tardes de domingo donde la resaca emocional y la nostalgia de otro fin de semana que se va se entremezclan con los preparativos de una nueva semana, con la amenaza seria de la llegada de un nuevo y maldito lunes. Eterno retorno. Aroma a despedida. Fin de fiesta. La vida.
Contando los dineros y recogiendo sillas y mesas se veían a los caseteros entrada la noche en el parque González Hontoria, mientras en otras casetas se aguardaba al duende. Un último ramalazo de arte para los insaciables, para los jartibles de grana y oro. Se corrió durante todo el día la voz de que habría fiesta flamenca inolvidable tras la última faena de Morante de la Puebla. Circuló el vídeo de una pataíta del diestro sevillano la noche antes. ¿Llegó?
A finales de los 80 mi abuelo, que juntaba unas perras todo el año para este momento, nos llevaba a la familia el sábado a almorzar a la Feria. Era el gran día. Lo hacía por la puerta grande. Todo era color y gentío. Era el día donde venía, como se solía decir, la gente de los pueblos, de la Sierra... Todo se ponía de bote en bote. Desconexión a los toros y luego a seguir. También es verdad que ni mucho menos antes se iba todos los días. Eran poco los que veían cómo estaba el parque un martes a mediodía.
La Feria del Caballo entonces acababa el domingo y las escenas de desmontaje y despedida que ahora tienen lugar el sábado por la noche se reproducían igualmente la última jornada de celebración. Había hasta lunes de resaca y algún año hasta se debatió si ese festivo para el reseteo tenía que recuperarse. Ahora es lógico volver a hablar de si tienen sentido tantísimos días de Feria. Y habrá razones tanto para una cosa como para la contraria. En Sevilla volvieron al lunes de pescaíto y el sábado por la noche ya estaban recogiendo casetas. Como anoche en el Real. Las cosas duran lo que duran.
