El Parque González Hontoria se ha convertido en un lío de coches cada mañana de domingo. La razón es el Rastrillo que se celebra en este espacio. Y es que los responsables de los puestos se encuentran las puertas cerradas para pasar hasta las ocho de la mañana, una hora antes de que deban estar ya vendiendo.
Esto provoca una larga fila de vehículos bloqueando el Paseo de la Rosaleda, en uno de sus sentidos. Lo hace por varios metros, ya que los coches de los responsables de los puestos se ubican en una cola hacia el acceso para coches.
Es lo que denuncian personas del entorno, que hablan de tener que hacer maniobras que son peligrosas, la de sobrepasar a esos coches en segunda fila por varios metros. "Un auténtico caos" y "un peligro".
La razón: el parque permanece cerrado los viernes y sábados desde las ocho de la tarde hasta las ocho de la mañana, medida que busca evitar los habituales botellones nocturnos. Sin embargo, la modificación de horarios ha generado un fuerte malestar. Los encargados de los puestos del rastro llegan antes de la hora de apertura de puertas del parque y ahí es donde se forma el citado lío.
Una persona de este entorno explica que la semana pasada, para entrar antes de las ocho, un vendedor llegó a "romper el candado" ante la imposibilidad de entrar. Este domingo, el acceso se produjo finalmente a las ocho menos cinco, momento en el que un vigilante abrió la puerta, advirtiendo que él solo cumplía órdenes.
