Un incendio provocado en la barriada de La Coronación, en Jerez, calcinó varios contenedores de basura el pasado miércoles. El fuego, de carácter intencionado, obligó a la rápida intervención de los bomberos, que sofocaron las llamas antes de que se propagaran a otras zonas del entorno.
Minimizar las molestias
El suceso generó inquietud en el vecindario, especialmente por la reiteración de este tipo de actos en distintos puntos de la ciudad. Alejandro Olivero, secretario de relaciones sindicales del PSOE de Jerez, cuestionó la capacidad de reacción del Consistorio y habló de “lo que iba a tardar el Ayuntamiento de Jerez en reponer los contenedores”.
Sin embargo, los nuevos contenedores llegaron pocas horas después del incendio, en un intento de minimizar las molestias ocasionadas por la pérdida del servicio. A lo largo de la tarde-noche, operarios municipales se encargaron de retirar los restos calcinados, limpiar la vía pública y reponer los contenedores.
Una práctica que se repite con frecuencia
La reposición de contenedores no es un asunto menor. Cada unidad dañada por el fuego supone un coste económico significativo para las arcas municipales, a lo que se suma el perjuicio ambiental y social. Para los vecinos, estos episodios generan malestar, ya que la acumulación de residuos sin espacio habilitado puede derivar en problemas de salubridad.
La quema de contenedores es un fenómeno que, por desgracia, se repite con demasiada frecuencia en la mayoría de municipios. Hace menos de dos semanas se registró un suceso similar en el entorno de la iglesia de San Marcos, en pleno centro de la ciudad. La reiteración de este tipo de actos vandálicos plantea un reto añadido: la necesidad de reforzar la seguridad en los barrios y de concienciar sobre el impacto económico y social que conlleva la destrucción de mobiliario urbano.
