El incierto futuro de la iglesia y convento de las Reparadoras de Jerez se cierne tras la marcha de las religiosas de las Esclavas del Santísimo Sacramento, que durante más de medio siglo habitaron este histórico inmueble. El edificio, diseñado por Aníbal González y finalizado por Aurelio Gómez Millán, queda ahora a la espera de una nueva etapa que aún no tiene destino claro.
La salida de las religiosas no ha sido una sorpresa. Con una comunidad envejecida, escasa en número y con serias dificultades económicas para mantener tanto la vida monacal como la conservación del conjunto arquitectónico, la decisión parecía inevitable. Así lo ha confirmado el Obispado de Jerez, que ha comunicado oficialmente el cierre del convento.
Una joya arquitectónica con casi un siglo de historia
Popularmente conocido como Las Reparadoras, este templo fue fundado en 1898 por la Orden de María Reparadora, que años después lo cedió a las Esclavas del Santísimo Sacramento, congregación que ha residido allí durante 51 años. El convento se alza en la plaza de Los Ángeles, en una amplia casa anexa a la iglesia cuya soberbia fachada se encaja en la estrechez de la calle Chancillería.
El templo, construido en 1930, destaca por su singular estilo regionalista, con influencias neomudéjares, orientalistas y goticistas. Aunque fue proyectado por Aníbal González —autor también de la Plaza de España de Sevilla—, su fallecimiento obligó a que Aurelio Gómez Millán culminara la obra respetando los diseños originales.
Actualmente, el edificio presenta problemas en zonas del convento que están apuntaladas, mientras que en el templo lo más evidente fueron los desprendimientos en una de las torres que coronan la fachada. Aun así, y pese a las dificultades, el templo se mantenía abierto al culto hasta la decisión de las religiosas de marcharse.
Además, fuentes cercanas al Obispado, han puesto de manifiesto que los inmuebles destinados a convento e iglesia fueron cedidos a las Madres Reparadoras, pero con la condición de que siempre se destinara al culto eucarístico y que en caso de cesar esta actividad, la propiedad revertiría a sus propietarios originales.
Un futuro incierto y la preocupación del Obispado
La Diócesis de Jerez ha manifestado su inquietud ante el porvenir del complejo religioso. En un comunicado ha asegurado: “Ignoramos qué uso harán del convento y de su templo las Hermanas de María Reparadora. La Diócesis manifiesta su disponibilidad y compromiso para que la iglesia pueda seguir abierta al culto”.
El caso recuerda al del convento del Espíritu Santo, que continúa en venta tras la marcha de las Dominicas, que se negaron a cederlo al Obispado. Y se suma a la criente decisión de los Capuchinos de fonda aparte del convento, pero preservando la iglesia y la sacristía para mantener el culto.
La iglesia de las Reparadoras se remonta a 1930, cuando las religiosas decidieron levantar un gran templo que sustituyera a su antigua capilla. El arquitecto Aníbal González comenzó el proyecto, pero su muerte ese mismo año llevó a Gómez Millán a completarlo siguiendo fielmente su visión.
El interior del templo es tan imponente como el exterior. Se compone de una nave central con cuatro tramos, dos laterales estrechas con tribuna superior y un coro de monjas cerrado por reja. En la cabecera se erige su joya más preciada: un retablo de plata de estilo neogótico, obra del orfebre Cayetano González, compuesto por tres calles con escenas religiosas talladas en madera policromada y coronado por un Calvario.
