El pregón de Jerez, con acento femenino tras 24 años: "A la mujer cofrade ya no hace falta reivindicarla"

Lo llevo bastante adelantado porque lo empecé muy pronto, sobre todo a estructurarlo, y a pensar de qué cosas quería hablar, de qué temas tenía que tratar. Pronto porque después la agenda se iba a complicar muchísimo. Desde la semana pasada parece que ha habido un pistoletazo de salida de algún modo. Todos los días tengo algo, quería tenerlo adelantado para no estar pensando en que tengo actos, que tengo que atender a hermandades, amigos y además escribir. A mí, la verdad, me pone muy nerviosa y es muy difícil escribir así. No está terminado pero sí muy adelantado. Me falta ya poquito.

Sí. Menos mal, menos mal, porque yo soy muy exigente conmigo misma. Soy muy pesada. Reviso mucho y me daba miedo que pasara el tiempo y al volver a releer algo, no me gustase. Pero afortunadamente no ha sido el caso. Me gusta lo que llevo. Cuando termino un poema me pego una semana dándole vueltas para mejorarlo, para cambiar alguna palabra por si no he terminado de expresar exactamente lo que quería. Me gusta lo que llevo, sobre todo porque refleja lo que yo quiero decir.

Me gustaría llegar no solamente a los cofrades. Tal vez soy muy mística y pensáis que un poco loca. Me planteo que si hace un año, por estas fechas, iba a dar el pregón del Nazareno y nada más, porque tenía intención de darlo y volverme a mi casa donde llevaba tranquilamente 20 años sin escribir nada, de buenas a primeras me cae el pregón de la Semana Santa de Jerez, que no es ninguna tontería, al contrario, es un toro complicado de torear.

"Me pregunto qué tengo que decir, qué quiere Él que diga. Quiero llegar también a los no cofrades" 

Me planteo esto porque pienso que Dios te pone en los sitios y me pregunto qué tengo que decir, qué quiere Él que diga, de qué temas tengo que hablar. Me gustaría que el pregón no solo llegase a los cofrades; a los cofrades ya los tenemos más que enganchados. Deseo alcanzar al no cofrade, a la gente que se ha salido, que se ha desvinculado de la hermandad por algún motivo. A la gente, sobre todo más joven, que están actualmente en la Iglesia o en las cofradías. En definitiva, llegar a distintas realidades y en eso es en lo que estoy.

Las dos cosas. No le hacemos ningún favor a las cofradías y al mundo cofrade. Cada vez que damos un disgusto no le hacemos ningún bien ni a este mundo ni al cristianismo ni al catolicismo en general. Somos humanos, por supuesto y nos equivocamos todos. Pero también es verdad que, según qué actitudes o según qué momentos, no estamos sabiendo transmitir ese mensaje de unión, de estar juntos, de comprensión. Y eso no hace ningún favor. Creo que separa más que une y no nos lleva a tener una Semana Santa como nos gustaría.

Habría que decir solo en la Semana Santa. Considero que las personas tienen sus defectos, cofrades y no cofrades. Todos tenemos defectos en distintos aspectos y hasta ahí te voy a contar.

"Cada vez que damos un disgusto no hacemos bien alguno al mundo cofrade ni al cristianismo, pero somos humanos y nos equivocamos"

El perfil del cofrade va evolucionando. A lo mejor el cofrade de hace 30 años actualmente no lo vemos tan reflejado porque vemos otro tipo de cofrade. Creo que lo que deberíamos hacer es intentar sacar lo mejor de cada uno y no quedarnos solamente en bandas, en música, en flores… pero hay que aprovechar esas bandas, músicas y flores para atraer hacia cosas más profundas, no quedarnos solamente en la superficie.

Soy cofrade de fila. He estado metida de joven en temas de grupo joven en La Borriquita, cantaba en el coro, ayudaba al reparto de  túnicas… lo normal en esas edades. Ahora estoy en gran medida en un segundo plano. Cuando alguna de mis hermandades necesita cualquier cosa y me lo piden, si está en mi mano, por supuesto lo hago como intervenir en cualquier charla, mesa redonda, formación o lo que sea. Como madre, tengo otros tiempos, las mujeres tenemos otros tiempos y otros momentos. Tengo dos hijos que atender, digo todavía, pues las edades que tienen no me puedo permitir el lujo de meterme más a fondo. Bueno, me he metido en un pregón, que no es poco.

Imagínate, somos tres y se dan pregones en Jerez desde el año 44. Soy la tercera y la primera fue en el 97, la segunda en el 2000 y hasta 24 años después no aparezco yo. En cualquier plano de la sociedad vemos que esta evolución ha estado ocurriendo hasta hace relativamente poco. No había mujeres que estuviesen en nada. Actualmente sí, porque sencillamente se ha evolucionado en ese sentido, afortunadamente. Y claro, desde el punto de vista de las mujeres pregoneras pasa lo mismo, como ha pasado con las hermanas mayores. Es de sentido común que esto se vaya expandiendo cada vez más, es algo que cae por su propio peso.

Admiro a cualquiera que se meta debajo de un paso. Yo me declaro incapaz. Yo no tengo fuerza ni para llevar la bolsa del Mercadona así que imagínate para llevar otra cosa. Por supuesto, como en cualquier otro ámbito, si una mujer quiere ser costalero y tiene fuerza y capacidad para ello, no entiendo por qué no. No entiendo ese tipo de historias que debajo del paso ocurre esto o aquello. Muchas veces son actitudes paternalistas y proteccionistas de que le vaya a pasar tal o cual. Bueno, como le puede pasar a un señor que es mayor de edad y que decide meterse ahí abajo.

"Admiro a cualquiera que se meta bajo un paso... Si una mujer quiere ser costalero, por qué no"

No hay necesidad ninguna. Las cosas caen por su propio peso. Voy a hablar de realidades. No hay que reivindicar nada. Ya estamos aquí, ya es una realidad, no hay necesidad ninguna. A lo mejor en los años 80 habría tenido sentido, pero actualmente no lo creo. Los hombres lo tienen tan claro como las mujeres. Ya estamos juntos, es algo que está ocurriendo y cada vez con más sentido. Sobre todo la gente joven lo ve como lo más natural del mundo. Ahora mismo en mi hermandad de la Borriquita está pasando una cosa graciosísima. Las señoras tienen un taller de costura, las señoras mayores, que hacen de todo, además de costura, ayudan en mayordomía. Y ahora son sus maridos los que las están esperando en la puerta de la hermandad a que terminen. Es el mundo al revés. Antes eran ellas las que estaban esperando a los maridos y ahora son los maridos los que las esperan a ellas con toda la naturalidad.

Sí, es curioso. Yo me hice hermana de Jesús porque las niñas no nos podíamos vestir en ninguna otra hermandad y además allí lo saben y lo entienden. Somos muchas las que somos hermanas de Jesús porque era la única en la que nos podíamos apuntar para salir como hermanas. Mi familia, mi hermano, mis primos son de la Borriquita y yo siempre desde pequeña quería salir en esa hermandad. Me hice hermana de Jesús y después a los dos años ya nos pudimos vestirnos en la Escuela de San José, pero mi madre siguió pagándome las cuotas de Jesús Nazareno. Empecé a hacer mi vida cofrade en el grupo joven de la Estrella con mis amigas.

Al fallecer mi madre, que iba también al columbario, que se estaba inaugurando entonces en San Juan de Letrán, empiezo a salir en Jesús Nazareno y alucino, alucino de lo bonito que es salir allí, de cómo se trata a la hermana. Allí la hermana es un tesoro, allí te cuidan, lo que no sucede desgraciadamente en otras cofradías por ser más numerosas. En Jesús Nazareno hay una expresión que a mí se me clavó en el alma la primera vez que lo escuché, que es que los hombres sacan a Jesús para que las hermanas lo puedan acompañar. Entonces, fíjate tú con qué humildad y el cariño en el trato a la hermana de Jesús en cada momento y sobre todo en la Madrugada. Me encantan mis dos hermandades. Cada una tiene una idiosincrasia totalmente diferente y lo vivo de una forma diferente también.

"Alucino con El Nazareno. Qué bonito es salir allí donde la mujer es un tesoro" 

Poético. Me viene desde pequeña. En mi casa siempre había libros. Mi padre leía muchísimo, era un lector empedernido y mi padre me puso de muy pequeña en las manos, un libro de Federico García Lorca. Te puedo decir que no tendría más de ocho años y con aquello me enamoré. Entonces, he leído a Lorca desde muy pequeña, he leído muchísima poesía y la he escrito. Era la típica niña que ganaba el concurso de redacción del colegio, el de la Niña María. Siempre estaba recitando y charlando por los codos. Es algo que me sale muy natural, me ha gustado siempre. Y en el tema de cofradías, la primera vez que hice algo fue a la Virgen de la Estrella en la oración poética de los antiguos alumnos. Siempre decía que cuando lo hiciera Álvaro Cosano, al año siguiente lo haría yo, hasta que me tocó.

Es de hace mucho tiempo, porque he estado 20 años sin hacer nada. Estuve en La Defensión haciendo una oración poética al Cristo, en La Yedra en una ronda poética, en Las Tres Caídas a la Virgen de los Dolores, en El Loreto, La confortación… que yo recuerde.

La Amargura por las Angustias.

El del Desconsuelo.

El Cristo de la Expiración.

Los Judíos.

La Estrella Sublime.

Con perdón por referirme a una de mis cofradías, las jarritas pequeñitas de azahar que lleva desde hace muchos la Virgen de la Estrella.

El Prendimiento.