El Alcalde de La Barca, Alejandro López Valenzuela (PP), destaca la buena sintonía que mantiene con la regidora de Jerez, María José García-Pelayo, aunque se muestra tajante y afirma categórico que “la alcaldesa no viene a La Barca, hace y deshace”.
Reconoce abiertamente que se siente barqueño, y no jerezano. El joven alcalde de la ELA La Barca de la Florida, de 33 años, a quien se le ha visto durante los últimos meses en contadas ocasiones junto a la alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo, asegura que “ahora tienen mayor coordinación, pero no nos están regalando nada. Hay gente que piensa que Jerez me maneja a mí, que la alcaldesa viene, hace y deshace lo que quiera y están muy equivocados. Pelayo no gobierna en La Barca”. Prueba de ello, señala, es la aprobación del procedimiento de segregación por parte del pleno del Ayuntamiento jerezano, el pasado mes de septiembre. Una cuestión a la que hace un años, como líder de la oposición, la propia Pelayo se negaba en redondo.
El primer edil de La Barca se ha mojado afirmando que pondría "la mano en el fuego" por María José García-Pelayo y por Antonio Saldaña, primer teniente alcalde de Jerez, después de que el juzgado haya admitido a trámite la ampliación de la querella de la que fuera concesionaria del servicio de los autobuses urbanos. A su juicio, “intentaban dar un mejor servicio a Jerez”. En el plano estrictamente local, reconoce que el proceso de remunicipalización del agua se ha retrasado porque, finalmente, la gestión directa del Ayuntamiento no es legal. Todos los partidos se reunirán la próxima semana para “procurar que el agua siga siendo de La Barca y que una empresa la gestione”, asevera Valenzuela. Mientras tanto, la gestión la sigue llevando Aquajerez, pese a no haber firmado ningún acuerdo con la empresa. A las acusaciones vertidas por la Plataforma de Indignados de la Barca, tachándole de ser heredero del franquismo por haberse negado a retirar varios símbolos de esta etapa y por “burlarse de la Memoria Histórica”, responde así de contundente: “Me quedo tan ancho. No me considero en absoluto franquista. La persona que entrega el escrito es el hermano del anterior alcalde”. Aunque, añade, retirarán únicamente la placa y una veleta con el yugo de la antigua Escuela José Antonio de 1937, “que deberían haber sido retirados durante la reciente rehabilitación del antiguo edificio”.