La Comisión Local de Patrimonio Histórico de Jerez, presidida por la delegada de Vivienda y Urbanismo, Belén de la Cuadra, ha aprobado un conjunto de propuestas destinadas a la reforma y mejora de diversas fincas en el centro histórico de la ciudad. Estas iniciativas buscan dar continuidad a los procesos de rehabilitación que se vienen desarrollando tanto por la administración pública como por particulares y empresas comprometidas con la conservación del patrimonio urbano.
Una parte importante de las intervenciones se concentrará en el barrio de Santiago, donde se están ejecutando acciones integrales en colaboración con colectivos sociales y vecinales. El objetivo de estas iniciativas es reforzar la vida social y cultural del barrio, mejorar sus calles y espacios públicos, poner en valor el patrimonio histórico y fortalecer la seguridad ciudadana, según indicaron desde la delegación de Urbanismo.
Entre los proyectos aprobados en esta área se incluyen la reforma interior de un inmueble catalogado en la calle Merced para vivienda familiar, la rehabilitación de un edificio bodeguero en la calle Nueva destinado a vivienda unifamiliar de planta baja, y el adecentamiento exterior de una vivienda catalogada en la Plaza de Santiago. Según la Comisión, estas obras reflejan el compromiso de los vecinos con la mejora del centro histórico, contribuyendo a su renovación y atrayendo a residentes y visitantes.
Otros puntos del centro
Las autorizaciones también contemplan intervenciones en otros puntos del centro. En la calle Sevilla, un edificio catalogado de oficinas recibirá reparaciones de fachadas y cubiertas, apuntalamiento de estructuras en riesgo y limpieza interior de escombros. Asimismo, se aprobaron trabajos en los muros perimetrales del colegio Montaigne, así como el apuntalamiento y desescombro parcial de un edificio bodeguero en la calle Molineros, necesarios para la posterior elaboración de proyectos de rehabilitación.
Finalmente, la Comisión dio luz verde a la adaptación de un local en la calle Fontana para uso residencial. Estas decisiones forman parte de una estrategia de conservación y puesta en valor del patrimonio urbano, impulsada tanto por la administración como por la participación activa de los vecinos, en un esfuerzo por mantener la integridad y funcionalidad de los inmuebles históricos de la ciudad.
