Alimentos naturales, objetos elaborados con materiales locales e iniciativas gastronómicas sorprendentes, se unen en un mercadillo ecológico y solidario.

Las tres brujas de la cultura celta en una piedra que ahuyenta la energía negativa en los hogares, embutidos de frutos secos, “nocilla” elaborada con boniato, o —más increíble todavía— patatas que saben a patatas, verduras y hortalizas que desprenden su olor a leguas. CAda stand del Mercadillo Ecológico, Artesano y Solidario organizado por el curso Vida Saludable del Centro de Educación Permente (CEPER) 13 Rosas, sorprende. Por un día en el Centro Social Blas Infante donde han puesto muy fácil la posibilidad de hacer una compra responsable de productores y artesanos locales y del entorno. Todo además con un “ingrediente” social: colaborar con las Hermanitas de la Caridad y con Afanas.

En esta iniciativa no falta nada. Un bolso, un frutero o un espejo con marco de palma realizados por las portentosas manos de un artesano autodidacta, el mismo que organiza ecotalleres para enseñar a otros a hacerlo con materiales reciclados como los tetrabrik. Él utiliza material autóctono como la palma, “o fibra verde que ahora suena más fino, con un permiso de Medio Ambiente, eso déjalo bien claro”, farfulla. Es difícil vivir de ello y competir con los precios de los artículos que abundan en los chinos. En la elaboración de algunos de sus productos invierte tiempo que no se ve reflejado en su precio. Pero insiste en que es artesanía de la zona con material autóctono, una tradición que no debe perderse.

“De la pita (una planta muy común) se aprovecha todo, como el del cerdo” afirma jocosa. Julia la responsable de Las kajitas de Jota bromea cuando explica a los curiosos y potenciales clientes cómo de un trozo de planta brota un portavelas, un móvil que protege los sueños o un incensario. Posavasos de corcho y el juego tangram de madera “para quitar a los niños del ordenador”. A priori, más sencillo lo tiene la pareja que junto a ella expone y vende cantos “con encanto”, piedras que no son tales, sino pisapapeles, recuerdos para las bodas bautizos y comuniones. De la costa al banquete o a casa pasando por las manos de una pareja artesana cuyas manos tienen el don de otorgar poderes a una estrella, que dibujan con pintura acrílica o al agua, para ahuyentar la energía negativa.

La técnica de pintar piedras y darle infinidad de utilidades la aprendieron de un familiar. En el caso del vendedor de jabones que también participa en este mercado, documentó en Internet para fabricarlo, después de que a su hija le diagnosticaran dermatitis. Ahora la niña es mayor “y el jabón que más usa es el de arcilla verde que sirve para las espinillas”. Este producto, para el que reutiliza el aceite es completamente natural. “El que se ha usado toda la vida; el mismo para la piel, la ropa y el pelo; Cuando vas al hospital te lavan con jabón verde, porque desinfecta, y luego te curan”, con estos argumentos este fabricante de jabón artesano “por accidente” comercializa su producto.

La sección gastronómica de este mercadillo es tan amplio como asombrosa. Desde lo más tradicional de la Sierra de Cádiz como quesos de Ubrique elaborados por la misma persona que cría las cabras —con lo que se evita que la leche pierda cualidades—, hasta dulces de Siria y El Líbano. Suher, alumna del CEPER Las 13 Rosas, afincada en España desde hace 25 años, descendiente de pasteleros libaneses, los ha elaborado en exclusiva para este mercado solidario. Su sueño sería montar un negocio, pero necesita un socio, porque sola es imposible. No obstante, los hace para sus conocidos y en ocasiones especiales como esa.

Te invitan a probar ¿morcilla, chorizo? Tienen todo su sabor... pero son embutidos de frutos secos, sin ningún ingrediente de origen animal, idóneo para cualquiera, pero sobre todo para los veganos. La idea de Elvira, su promotora, fue lograr un producto tan español como los embutidos, sazonado con un poco de innovación y muchas proteínas. En este mercado se daban a conocer, pero ya tiene fábrica y pronto será colocado en las neveras de los mercados.

Las cervezas artesanas de Destraperlo —ecológicas en mayor o menor medida— no se pone límites. De remolacha, de romero y ahora “están haciendo sus pucheros” experimentando con dos nuevas recetas. Al igual que las anteriores, probablemente invite a sus consumidores a compartir buenos ratos. A lo largo de la jornada hay quien ha experimentado la acogida de nuevos productos, de conservas, realizando test de mercado de “nocilla” de boniato, de aguacate, un primer paso para un futuro rico y ecológico.

La variedad de todo lo expuesto es imposible recogerla en estas líneas. Sí se pueden destacar las estrellas que más brillaron. Por un lado, los tomates ecológicos vendidos por la cooperativa La Reverde. Desaparecieron. Cuando la fruta, la verdura y las hortalizas son naturales no hay quien se resista a su olor y sabor, aunque haya que renunciar a otras cosas para poder adquirirlas. Las otras estrellas, las alumnas del CEPER las 13 Rosas que contribuyeron con un amplio repertorio de accesorios, prendas de vestir, películas de segunda mano y productos elaborados con material reciclado, a la venta con precios muy competitivos. “Lo importante es colaborar”, aseguran. Estas fueron las grandes estrellas de un mercado que sorprendió a propios y extraños por la defensa de los productos locales y de valores como la ecología; estrellas que arrojaron luz a quienes más lo necesitan. “Nosotros no es que tengamos mucho, pero queremos ayudar a los demás”, dice una de las alumnas.

Sobre el autor:

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María Luisa Parra

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