El IV Cross Rural El Torno–Torrecera aspira a reunir a más de 400 participantes el sábado 22 de noviembre, una cita que ya se ha consolidado como uno de los eventos deportivos más singulares de la campiña jerezana. El delegado de Deportes y Salud, Tomás Sampalo, presentó la prueba junto a los alcaldes de El Torno, Francisco Javier Fuentes; de Torrecera, Francis Arcila; y el representante de Sportmadness, Diego Molina.
La carrera, que comenzará a las 10:00 horas, recorre 8 kilómetros por la ribera del río Guadalete y ofrece tres modalidades: cross, marcha nórdica y senderismo. Como tradición, ambas localidades intercambian cada año la salida y la meta.
Sampalo subrayó que el evento “se enmarca dentro de la programación deportiva de Jerez, pero con un especial interés porque se celebra en la zona rural, que va cogiendo protagonismo”. Recordó además otras pruebas que han reforzado este impulso, como la Carrera del Barro o el MK Cross, y avanzó que “dentro de poco habrá un trail en la Sierra San Cristóbal”.
Aunque el recorrido es “fácil, no técnico y precioso”, el delegado insistió en que lo que realmente distingue al Cross Rural es su post-meta. “No hay una carrera con una post-meta tan singular y abrumadora”, afirmó. Chicharrones, paella, chorizos y música aguardan al final del camino, en un ambiente donde, según dijo, los alcaldes mantienen “un pique sano” por mejorar cada edición.
Sampalo también resaltó la relevancia de la zona rural en el proyecto de Capital Europea de la Cultura 2031, asegurando que aporta “carácter y personalidad” y es “parte indispensable para entender Jerez”.
Francisco Javier Fuentes destacó la belleza del paso por la campiña y “la convivencia entre corredores, voluntarios, Protección Civil y vecinos”. Arcila, alcalde de Torrecera, agradeció el apoyo del Ayuntamiento y ensalzó la colaboración con El Torno: “Hemos querido hermanar ambas poblaciones”. Con humor, reivindicó que “la carrera va a terminar en Torrecera, que es el pueblo más bonito de toda la zona rural”.
Por su parte, Diego Molina señaló que la prueba crece cada año: “Empezamos con 170 participantes; el año pasado llegamos a los 400 y ahora estamos cerca de los 350 inscritos. Pensamos que superaremos las expectativas”. Añadió que más que una competición, la cita es “una convivencia entre los dos pueblos”.