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“Lleno de magulladuras, jodido, pero bien”. Así se encuentra Antonio R.H., el agente jubilado de 70 años, herido la noche del pasado sábado tras evitar que unos desconocidos arrojaran sobre el convento de Santa Rita varios cócteles Molotov. En declaraciones a LVDS, afirma que había estado realizando unas fotos por el centro y cuando iba a coger su coche, en los alrededores de El Salvador, vio a una persona encapuchada con un cóctel molotov dispuesto a lanzarlo al convento. Fue entonces cuando le espetó “¡quieto, policía!” y se abalanzó contra él para evitar que cometiera la acción. En el forcejeo, Antonio explica que “se cayó la botella y nos prendimos los dos en llamas”, si bien afirma que pudo apagarse el fuego “con una bolsa de plástico”. Así, cuando ya lo tenía “prácticamente dominado fue cuando gritó en árabe y vinieron tres más”. Los agresores, a los que no pudo verles la cara al llevarlas cubiertas con capuchas, ayudaron a su compañero, mientras que uno de ellos sacaba un cuchillo de grandes dimensiones y le hería en el abdomen produciéndole una herida de 17 centímetros que, afortunadamente, “no es muy profunda”.

Tras notar el pinchazo, Antonio explica que se revolvió y dio varias vueltas en el suelo. Su veteranía le hizo estar lúcido en aquel momento, ya que se le ocurrió gritar “¡compañeros, compañeros, ayuda! Eso les asustó creyendo que vendrían más policías”. Para el agente, estas cuatro personas “no eran simples gamberros”. “Esta gente iba en serio, sabían lo que hacían y de hecho querían rematarme al final, uno iba a darme una puñalada de arriba abajo”. Antonio, que ahora reposa en casa para curarse de sus heridas, señala que en apenas 36 horas ha recibido muchas muestras de cariño y de felicitación, entre otras, de sus compañeros, del delegado del Gobierno en Cádiz y del director general de la Policía, Ignacio Cosidó. De otro lado, desde la Unión Federal de Policía (UFP) ya han mostrado su solidaridad con el agente y señalan que, de detenerse a los responsables de las pintadas y del ataque, se pondrían al servicio de Antonio en todo lo relacionado con el tema jurídico para personarse, además, como acusación particular.

De otro lado, la tranquilidad es máxima en el entorno de la calle Juana de Dios Lacoste. El ajetreo de personas que acuden a la parroquia de San Lucas y al convento de Santa Rita es el normal de cada lunes. Desde el convento, las religiosas de clausura afirman que el sábado no escucharon nada, y que todas las noticias relacionadas con el suceso las conocen por la prensa.

Además, las pintadas que aparecieron en las calles Jesús de las Tres Caídas y Ánimas de San Lucas con el lema "Yihadista" ya han sido borradas. En cuanto a la presencia policial, si bien por el entorno se ha visto algún furgón del 091, no se advierte, al menos a primera vista, una mayor presencia policial que de costumbre. La Policía sigue investigando para esclarecer los hechos y detener a los cuatro sospechosos. Además, hay que recordar que el ministerio del Interior ha enviado a Jerez a un equipo de expertos en la lucha contra el Yihadismo.

El Obispado condena los hechos

Por su parte, el Obispado de Asidonia-Jerez ha lamentado este lunes los hechos "gravemente violentos" producidos en la noche del pasado sábado ante el convento de Santa Rita y pide que "nunca en nombre de Dios se justifique la violencia". En un comunicado, la primera declaración pública del Obispado sobre este suceso, ha manifestado "su más profundo pesar" por los hechos "gravemente violentos" producidos ante el convento que rigen las religiosas Agustinas y que "sin duda alguna van más allá de un simple acto vandálico". La Iglesia Diocesana de Asidonia-Jerez pide y ora para que las creencias religiosas sean "siempre fuente de paz y concordia", y que "nunca en nombre Dios se justifiquen la violencia y la guerra a todos los niveles", deseando al mismo tiempo que "sepan conciliarse siempre en la vida social y con delicado respeto la libertad de expresión y la libertad religiosa de todos los ciudadanos". Del mismo modo, el Obispado se ha interesado por el estado del policía nacional jubilado que intervino esa noche en el intento de ataque al mencionado convento. "Es digna de la gratitud de todos, el arrojo demostrado poniendo en juego su vida en la defensa de la seguridad ciudadana y evitando con su valiente actuación daños de mayor envergadura", ha concluido.

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Jorge Miró

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