Un hombre ha sido condenado en Jerez a diez años y medio de prisión por agredir sexualmente a su hijastra, que era menor de edad en el momento de los hechos. La Audiencia Provincial considera probado que el condenado aprovechó su condición de superioridad para abusar sexualmente de la menor.
El hombre se casó con la madre de la víctima, yéndose a vivir todos juntos a la misma vivienda. Nueve años después de empezar la convivencia, empezaron las agresiones sexuales.
La sentencia recoge que se encontraron restos de ADN del condenado. Eso, unido al testimonio de la víctima, hacen que el tribunal se pronuncie emitiendo esta condena, que no es firme, ya que aún se puede recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).
La defensa del condenado alega que se realizaron diligencias de pruebas más allá del año que está establecido legalmente, sin que el Juzgado decretara una prórroga para ello. La Audiencia Provincial explica que se recogieron pruebas dentro del año de plazo, y también fuera de ese periodo, aunque se ordenaron durante el periodo legalmente establecido.
Con este “dato objetivo de indudable valor probatorio” y con la declaración de la hijastra del procesado se emite la sentencia, basándose en el mantenimiento de su versión durante todo el proceso, y en la inexistencia de un posible móvil espurio.
La Fiscalía pedía doce años de prisión y la defensa de la víctima, 15 años, para el ahora condenado por un delito continuado de abuso sexual con la agravante de prevalimiento de superioridad. La Audiencia Provincial lo condena, no obstante, a diez años y medio de cárcel por un delito de agresión sexual y prevalimiento de superioridad basándose en la Ley de garantía integral de la libertad sexual, la conocida como Ley del sólo sí es sí.
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