Manuel Naranjo: "El término Zambomba se ha generalizado tanto que no se sabe a quién pertenece"

El miembro de la Cátedra de Flamencología denuncia que la estandarización y la falta de recopilación institucional están arrinconando uno de los patrimonios más singulares de la Navidad jerezana

Manuel Naranjo, frente a una zambomba.
Manuel Naranjo, frente a una zambomba. JUAN CARLOS TORO
03 de diciembre de 2025 a las 21:04h

Manuel Naranjo Loreto, etnomusicólogo y miembro de la Cátedra de Flamencología, lleva media vida rastreando las huellas de las tradiciones orales y del folclore andaluz. Su última conferencia se centra en un universo navideño que se escucha cada diciembre, pero que casi nadie conoce en profundidad: los cantos de tradición oral de la Nochebuena de Jerez, un repertorio que va mucho más allá de las letras que hoy llenan las zambombas.

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Naranjo, retratado por JUAN CARLOS TORO

Para Naranjo, el corazón de esta tradición está en los romances y relatos extensos, composiciones que narraban historias transmitidas de generación en generación y que formaban parte del acervo cultural de las fiestas populares. No eran coplas ligeras, sino piezas ligadas a hechos reales de una época concreta y moldeadas por siglos de transmisión oral.

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Un momento de la charla.  JUAN CARLOS TORO

Romances, viajes y un “río de Cartuja” que nunca fue de vino

Uno de los villancicos más conocidos de Jerez, el célebre Si el río de Cartuja fuera de vino…, da subtítulo a su ponencia. Según explica, es el ejemplo perfecto de cómo estos cantos se han ido moviendo “de voz en voz” por toda la península e incluso por Sudamérica. “No me refiero al villancico de autor, sino a ese que ha ido trasegando a lo largo de la península”, subraya.

"Aquí siempre ha sido la Nochebuena de Jerez y no la Zambomba, pero es más comercial"

Sobre el origen de esta letra, admite que es casi imposible rastrear el nacimiento de un villancico tradicional. “Es muy difícil saber de dónde proviene un villancico. Este nos da unas pistas, pero hay que tener en cuenta que en este tipo de copla es una sucesión de estrofas y muchas veces son postizas”.

Aun así, destaca que algunas de las estrofas del villancico del Río de Cartuja están muy difundidas, especialmente una sobre frailes y monjas que procede de una seguidilla del siglo XVII. “Este tipo de literatura suele ser a veces no solo misógina, sino que también se mete mucho con la Iglesia. Y en este caso los frailes y las monjas no salen bien parados”.

Licencias de Nochebuena y sátira religiosa

¿Por qué abundan los ataques humorísticos o incluso eróticos contra figuras religiosas? Para Naranjo, la explicación está en el propio contexto festivo: “La Nochebuena era muy larga y había que cubrirla de alguna manera”. La tradición oral, recuerda, siempre ha jugado con la subversión.

“Como además esa noche hay ciertas licencias, pues se permitían”, afirma. Ejemplifica esta tradición con el “curita que pide chocolate” o la “monja que llamó a un sangrador”, ambos personajes que “salen muy mal parados”.

Un tesoro que se está apagando

Lo que más inquieta al etnomusicólogo es el futuro de este repertorio. Aunque una parte ha sido recogida, alerta de que queda mucho material inédito que está a punto de desaparecer: “Ahora mismito las personas que mantienen esas coplas tienen 80 años. Cuando esas personas fallezcan, se llevarán consigo ese caudal de literatura y prácticamente será imposible recoger”.

"Cuando fallezcan quienes aún recuerdan esas coplas, se perderá un caudal de literatura importante"

Naranjo lamenta que “ninguna institución jerezana, ni los ayuntamientos”, haya impulsado un proyecto serio para recuperar los últimos villancicos de tradición oral. Mientras tanto, se ha impuesto una peligrosa tendencia: “Se ha producido la estandarización del villancico. La gente nada más que se sabe una versión, cuando antes vivíamos en variantes”.

Otro de los grandes malentendidos, según Naranjo, es la idea de que los villancicos jerezanos siempre han tenido una textura flamenca. “No, el villancico de Jerez nunca ha sido aflamencado. Los que aflamencaron los villancicos fueron los flamencos”, enfatiza.

Enumera nombres clave: El Gloria, que fue el primero en grabar Los Caminos se hicieron; La Argentinita con su Nochebuena de Jerez; Concha Piquer; o Antonio el Bailarín. A partir de ese momento, muchos artistas adoptaron y adaptaron villancicos en clave flamenca. Pero el origen no es ese.

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La charla de Naranjo. JUAN CARLOS TORO

"Los flamencos aflamencaron el villancico, pero originariamente no lo era"

Él, personalmente, se queda con los de corte narrativo: El Pastor Desdichado, La Matrona, Los Cegadores, El Milagro del Trigo. “Todo ese repertorio de cantes extensos que a la gente le parece jartible; a mí me gusta muchísimo”. Algunos beben de evangelios apócrifos, otros de literatura del siglo XVIII. “Aquellos villancicos que tienen cuartetas sueltas y que son muy facilones, son simpáticos, pero a mí no me llaman nada la atención”.

La Zambomba actual y la pérdida del nombre original

La fiesta ha cambiado, asegura. Los asistentes —locales y visitantes— prefieren repertorios más cortos, bailables, directos: “En una Zambomba la gente lo que quiere es bailar”, y eso relega a los villancicos narrativos.

"El término Zambomba se ha generalizado tanto que ya no se sabe a quién pertenece"

El etnomusicólogo es claro: las fiestas evolucionan, pero no todas las etiquetas que usamos hoy son fieles a su historia y señala que “procuro utilizar cada vez menos el término Zambomba, porque es un término que se ha generalizado tanto que ya no es patrimonial. Yo hablo de la Nochebuena de Jerez, que es mucho más certero”.

El concepto Zambomba, recuerda, nació en los 70-80 “como construcción identitaria”, pero desplazó el nombre tradicional. “Si le preguntas a las personas mayores, siempre te dirán fiesta por Nochebuena, cante por Nochebuena”. Por eso, insiste: “Hay que reivindicar el término Nochebuena de Jerez”.

Y ese trabajo, recalca, no solo debe venir de investigadores: también en los colegios e institutos, donde sería posible recopilar un repertorio que es mucho más heterogéneo de lo que se piensa: canciones, coplas, romances y piezas que a veces ni siquiera hablan de la Navidad.

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Kiko Abuín

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