La mañana después del estreno de Gran Hermano 20 se vivió con nervios y alegría en la peluquería D3, en la zona sur de Jerez de la Frontera. Allí trabajan Chari, la madre de Rocío, y Estefanía, su socia, quienes afrontaban un viernes diferente tras confirmarse que Rocío acababa de entrar en la casa de Gran Hermano. Lo hace con su amiga Desi, también peluquera jerezana.
Entre secadores, laca, tijeras, las clientas comentaban la noticia y muchas reconocían haberse emocionado al ver la reacción de la madre en televisión. “La vamos a echar muchísimo de menos, pero estamos felices. Creemos que va a llegar muy lejos”, aseguraban desde D3.
Chari no podía ocultar el orgullo por su hija. “Ella es así, tal como la estáis viendo, no actúa. Es noble, buena… y va a llegar muy lejos”. Estefanía, socia de Rocío, contaba que la concursante comenzó “de prácticas” hace más de 12 años y que, con el tiempo, ambas se convirtieron en socias. “Es muy sensible, muy llorona, pero la va a querer todo el mundo. Ojalá llegue a la final y gane, porque se lo merece”.
Rocío, jerezana de la zona sur y exalumna del IES Andrés Benítez, estudió peluquería y estética. “Es una pedazo de profesional”, presume su madre. “Pedidla en la casa que os peine, que os va a dejar divinas”.
Con el corazón encogido, Estefanía y Chari coincidían en el deseo de toda Jerez: “Apoyadla, por favor, que va a ganar. Es la mejor”.
