Mariana Sotero, 31 años de edad lleva cuatro años en Jerez. Está casada y con dos hijos nacidos aquí; dejó atrás su ciudad natal, Salvador de Bahía (Brasil), junto a su empleo de periodista-asesora de prensa de un diputado nacional y su especialidad en marketing para venirse a Jerez e iniciar una actividad radicalmente diferente como fue la de abrir una tienda dedicada al souvenir y a las ‘delicatessen’: ‘La Malva Loca’.
El nombre se les ocurrió usando la denominación de esa planta tan común en la zona, completándolo con que “estábamos un poco locas porque queríamos abrir algo y con poco presupuesto, pero teníamos muchas ganas y mucho corazón”, cuenta Mariana que junto a una jerezana, Yolanda Ramírez, se lanzaron a esta aventura. Se sitúa bajo los soportales del edificio que se encuentra en la plaza Esteve, junto a una zapatería. Su socia cuenta 50 años de edad; su mundo es la moda, el patronaje y la confección con la paticularidad de que es experta en la estampación botánica de telas con pigmentos naturales de hojas y flores.
La tienda es pequeña pero llena de color, ese que proporciona la loza sevillana y cordobesa, en forma de platos y cerámica; las famosas muñecas de gitana y de flamencos -las universales ‘chiclaneras’ muñecas de Marín-, llaveros, metopas, azulejos… todo entra por la vista rápidamente, desde la simpatía de Mariana hasta el calor que desprende un negocio acogedor en el que también encontramos vinos de mesa del Marco, aceites de pequeñas almazaras, cervezas singulares y conservas de Barbate.
“Jerez merecía algo así con cositas muy cuidadas”, manifiesta Mariana que iniciaron y localizaron “cosas muy chulas, muy lindas, que no había aquí ni en otros sitios”. Confiesa que pese a que no lleva ni un mes abierto, “tiene muy buena aceptación. La gente lo mira de fuera porque tenemos colgado en la pared cerámica cordobesa, que se ve de fuera; hemos puesto aquí mucho amor y la gente nos ve y lo nota con mucho cariño”.
Mariana aporta la visión ‘guiri’ al negocio mientras que su socia Yolanda le da la importa jerezana. De ahí nace la oferta que se exhibe en el escaparate y en el interior. La brasileña-jerezana, además, por su formación en marketing, ya tiene en mente la comercialización on-line de los productos de la tienda. “Hay que tener visión, oficio, fuerza y coraje para hacer las cosas; no puedes tener miedo”.
