El edificio, tras el embargo al antiguo dueño, es propiedad del Banco Santander, y tuvo que ser apuntalado para evitar un posible derrumbe.
Un incendio reciente puso de nuevo en entredicho la seguridad en el antiguo concesionario de Cartuja Móvil, en la avenida Tío Pepe, donde tuvieron que intervenir los bomberos durante casi dos días. Por eso se está tapiando para evitar sucesos de este tipo, ya que en las últimas semanas era habitual ver a personas colarse en su interior, donde sigue habiendo documentos de antiguos clientes.
Con bloques de hormigón de considerable anchura, varios operarios se afanan en cerrar todo el perímetro del antiguo concesionario, propiedad ahora del Banco Santander desde que fuera embargado a su anterior dueño. Los actos vandálicos de las últimas semanas, finalmente, han provocado la reaccion del dueño de las instalaciones, que podía enfrentarse a recibir multas coercitivas o la ejecución subsidiaria por parte del Ayuntamiento, que no ha hecho falta efectuar, y que de todas formas hubiera sido muy difícil que se hiciera dada la situación económica de las arcas municipales.
El robo de estructuras metálicas y todo tipo de materiales que se encontraban en la nave para venderlos como chatarra, con el posterior incendio, provocado o no, hacía que la seguridad de la zona y la de los vecinos, estuviera en peligro. Casi dos días tardaron los bomberos en extinguir las llamas que provocaron que hasta se apuntalara la tercera planta del edificio, donde los efectivos se tuvieron que emplear a fondo.