"Los políticos en Jerez no son capaces de ver que más allá de sus partidos está la ciudad"

Alejandro González, presidente de la asociación de vecinos del centro histórico, en una imagen de archivo. FOTO: MANU GARCÍA
Alejandro González, presidente de la asociación de vecinos del centro histórico, en una imagen de archivo. FOTO: MANU GARCÍA

Volvió a nacer hace siete años, cuando se recuperó de una muerte súbita que a punto estuvo de mandarlo al otro barrio. Un marcapasos, su pareja, su hijo —y otro que viene en camino— y sus ganas de sentirse útil, tras tener que abandonar su profesión, hicieron el resto. Por eso, Alejandro González Morillo (Cádiz, 1980), decidió emprender la aventura de revitalizar la por entonces Asociación Centro Histórico-San Mateo (hoy solo del Centro Histórico) de la mano de un puñado de vecinos que prácticamente ni se conocían. Tras cinco años de mandato, el que también es presidente de la Federación de Asociaciones del Centros Históricos de Andalucía, da un paso al lado para ceder el testigo a Manolo Flores, su hasta ahora vicepresidente.

Alejandro dejará la presidencia el 30 de septiembre. Antes, este martes 26, encabezará una nueva manifestación para reivindicar la rehabilitación de intramuros, además de presentar un nuevo ciclo de conferencias titulada La Ruina del Mes. Desde la plaza de La Asunción, damos un último paseo por el centro histórico con este gaditano que afirma sentirse un jerezano más. Por el camino, nos detenemos en diferentes puntos del corazón de Jerez, mientras vamos charlando sobre lo que ha dado de sí su mandato.

¿Cinco años como presidente de la asociación de vecinos han dado para mucho?

Lo principal que se ha hecho desde la asociación es unir a gente que no se conocía dentro del mismo barrio. Parecía que el centro histórico era las 3.000 viviendas, solo gente marginal, y no. Una de las cosas que me llamó la atención fue el primer día, cuando nos reunimos, y la gente decía: ‘Mira, aquí vive gente como yo’. Se ha creado una cohesión y una identidad que antes no existía. Y también es importante haber puesto el tema del centro histórico en la opinión pública y en la agenda de los políticos. Ya no hay partido que no hable del centro histórico, tanto en campaña como a lo largo de la legislatura y eso es obra de la asociación y de los medios, que han entendido el mensaje y lo han promulgado.

Lo que pasa es que los políticos hablan mucho de intramuros, pero luego no han hecho tanto…

Pero es que antes ni se hablaba. Para que un problema se pueda resolver, lo primero es asumir que se tiene ese problema. Hoy en día todos hablan de que el centro es un problema, de que es difícil que se arregle, pero por lo menos existe cierta intención. Es verdad que no se han hecho grandes actuaciones, pero algunas, como la que se está iniciando en plaza Belén, no se habrían realizado nunca si no hubiera habido una presión mediática y social.

¿La ciudadanía tiene también parte de culpa?

Sí… La propia ciudadanía no recoge las cacas, es la que tira la basura fuera de los contenedores, la que saca los muebles una semana antes de que pase el camión, la que orina en la calle. La ciudadanía es la culpable, pero también la receptora de los problemas, porque muchas veces los políticos crean los problemas pero se van de rositas, pero los ciudadanos no, sino que los sufren. Llevamos caminos paralelos que nunca se tocan, pero de vez en cuando conviene dar toques de atención. Y también es que hay una mala planificación de ciudad. Hemos creado una ciudad con una extensión equivalente a un millón de habitantes pero viven cinco veces menos. Y luego queremos mantener una serie de servicios públicos para una extensión de un millón que luego pagamos entre 200.000.

¿Cuál era su principal objetivo cuando llegó a la presidencia?

Mi objetivo era acabar con el botellón, que fue el objetivo fundacional del grupo, que se consiguió al poco tiempo, aunque no se haya conseguido erradicar el problema del quebrantamiento del derecho al descanso, pero se han conseguido bastantes cosas en ese campo. Sí tenía pensamiento de que hubiera un compromiso político para que el centro histórico estuviera fuera del debate político, cosa que no se ha conseguido. Pero la gente se va concienciando más sobre el estado del centro histórico. Y lo de la plaza Belén tampoco es una mala salida para mí, al menos he visto la actuación más importante que había que hacer en intramuros.

¿Cuál es la causa de este paso al lado?

El desgaste. Aunque sepamos que estamos expuestos a una serie de escenarios públicos, yo soy una persona que aparece habitualmente en los medios por muchos motivos. El caso es que uno sigue teniendo una familia y una vida. Y luego tengo una actitud que quizás no ayude ya, debido a ese desgaste, a la relación política de la asociación con el Ayuntamiento. No tengo relación con Paco Camas, con la alcaldesa tampoco es la mejor y siento que también puede ser beneficioso para la asociación una renovación.

¿Y con el anterior gobierno, como fue esa relación?

Pues igual que con este. Nosotros siempre hemos mantenido la misma postura, lo que pasa es que con el anterior gobierno había una fluidez de trato, pero en el tema crítico siempre hemos sido iguales, porque no ha cambiado para nada la situación. No olvidemos que el PP hizo grandes promesas y no cumplió ninguna, con lo cual tampoco es nadie para dar lecciones de nada.

"No tengo relación con Paco Camas, con la alcaldesa tampoco es la mejor y siento que también puede ser beneficioso para la asociación una renovación"

¿Le da coraje que el PP diga que el proyecto de plaza Belén era suyo?

Sí, muchísimo coraje, porque refleja la hipocresía de la política. Los políticos no asumen su papel en Kerez, todo se lo llevan al terreno partidista y no son capaces de ver que más allá de su partido está la ciudad y todo lo que sea bueno para la ciudad es bueno para todos, incluidos los partidos políticos. Y esto es algo que hay que agradecérselo al gobierno municipal de hoy día, y lo mismo que se les critica, hay que decir que plaza Belén lo han hecho ellos, porque después de tres gobiernos o cuatro, con diferentes promesas para Belén, que llegue uno con el que podemos tener grandes diferencias, pero que cumpla con lo que ha dicho, es para felicitarnos. Y luego hay que saber callarse las cosas cuando hay mucho que callar, como es el caso del PP.

Tras bajar por Carpintería Baja, Peones y Curtidores, llegamos a esa frontera imaginaria donde empieza el declive de intramuros, la calle Barranco, donde tras la comisaría luce apuntalado, desde no se sabe ya cuánto tiempo, un edificio que, según un cartel de la extinta Gerencia de Urbanismo, estaba destinado al Centro Internacional del Español. “Esto es de los tiempos de Pacheco y su obsesión por la cartelitis”, señala Alejandro. Seguimos subiendo y llegamos a la nave del Aceite, proyectado en su día como parte del complejo de la Ciudad del Flamenco y que en un futuro lo será del Museo Flamenco de Andalucía, pero que actualmente sigue acogiendo a la peña flamenca Buena Gente.

¿Es fundamental que la Buena Gente se quede en el barrio?

Para mí y para todos los vecinos es fundamental, porque ha venido a llenar un vacío cultural, y más en la zona donde está ubicada, que además ha revitalizado. Y también tenemos un local disponible para los distintos colectivos, porque la peña está abierta a todos. Aparte de la masa social que tiene, las actividades que ofrece es de lo mejor no solo del panorama local, también nacional a nivel de peñas flamencas. Así que llama la atención que haya ciertos políticos que desde que llegaron al poder, y aquí no hablo de la alcaldesa, estén intentando cargarse la peña y su ubicación. Que este edificio no estaba ideado para una peña, es verdad, pero mientras el museo flamenco no se inicie, es de justicia dejarla aquí, porque no molesta a nadie, al contrario. Favorece la creación de actividades y de paso de personas e incluso de conocimiento de la propia zona.

"En esta ciudad los políticos no asumen su papel, todo se lo llevan al terreno partidista"

Al lado de la Nave del Aceite, dos retroexcavadoras siguen levantando tierra. Topógrafos toman datos sobre el terreno. Un par de ancianos contemplan el trasiego. Alejandro hace lo propio con cara de satisfacción.

¿Se cree ya que plaza Belén por fin dejará de ser un solar?

Bueno, también empezaron las obras de la Ciudad del Flamenco y luego se pararon, pero en este caso creo que el proyecto es mucho más realista. Vamos a tener una plaza por un 150 por ciento menos de lo que se invirtió aquí sin que al final se hiciera nada.

A nuestro alrededor, varias fincas abandonadas siguen dando una imagen de pena del entorno, aunque se espera que en el futuro, gracias a la rehabilitación de la plaza, se pueda revertir la situación. Ya de hecho se ven obras en una de las casas, adquiridas, parece, que para transformarla en apartamentos turísticos. El palacio de Montegil ha sido tapiado para evitar nuevas incursiones de gamberros y drogadictos. Entonces, Alejandro recuerda la entrevista que el teniente de alcaldesa de Urbanismo, Paco Camas, concedió a lavozdelsur.es recientemente, en la que daba a entender que el Ayuntamiento no tenía tantas fincas abandonadas en el centro.

“Lo que me da coraje de este tipo de declaraciones es que cuando se está en la oposición, estos solares son una vergüenza para Jerez y el Ayuntamiento debería dar ejemplo, pero cuando se está en el poder no son tantos y el Ayuntamiento no tiene medios. Y el Ayuntamiento lo que tiene que hacer es dar ejemplo y hacer cumplir las leyes y la normativa. Si tenemos un palacio como Montegil que lleva abandonado hace tantas décadas, por qué no se le aplica las leyes urbanísticas, las sanciones coercitivas, las órdenes de ejecución…".

Subimos un poco más, en dirección a la plaza de San Lucas. Frente al templo del evangelista, la hermosa casa que redescubrió para Jerez el recientemente fallecido Fernando de la Quintana. La asociación, explica Alejandro, solicitará que la pequeña placita que se forma justo delante de la puerta de entrada a su domicilio se bautice con su nombre. “A Fernando le costó esta propiedad seis millones de pesetas por subasta pública, y no hace tanto de eso, y luego se encontró lo que se encontró. Hay que poner en valor que Fernando era una persona de un nivel social y económico que podía haber vivido donde le hubiera dado la gana, no solo en Jerez, en cualquier sitio. Sin embargo se vino aquí a vivir y estaba encantado de ser vecino y de ser parte de la asociación. Es una de esas personas a las que nunca hay que olvidar por lo que hizo y por lo que fue”.

Tomamos dirección a la vecina plaza del Mercado. De camino, le preguntamos a Alejandro qué es lo que más le llamó la atención de la entrevista a Paco Camas.

“Me llamó la atención que hablara del miedo y la inquietud de qué va a pasar con ciertos edificios como si fuera una cosa baladí, cuando se están tirando por la borda no solo la identidad del pueblo, sino que con el centro se está dejando tirar por el sumidero una serie de beneficios económicos que no va a ser igualada por ninguna industria. Tenemos que ser conscientes de que un patrimonio bien cuidado y mostrable y explotable es hoy día el mayor motor económico que puede tener Jerez, y todo eso se está despreciando, porque siempre hay cosas más importantes, cuando la más importante es la que no se está valorando. Y decir que el miedo no se pude canalizar… Ni Pemartín ni el palacio de los Condes de Puerto Hermoso son municipales, pero no dejan de ser propiedades públicas y el Ayuntamiento debe presionar a las administraciones para saber qué va a pasar con ellos. Al fin y al cabo es un patrimonio del que se puede beneficiar la ciudad, aunque no sea de su propiedad.

¿Es Una actitud de lavarse las manos?

Más bien de no mirar los problemas de frente y de no querer asumir su responsabilidad. Es el típico argumento del político que ha venido aquí a echar los cuatro años, a cobrar los sueldos que pueda y cuando se va, si te he visto no me acuerdo.

Llegamos a la plaza del Mercado. Tomando el aire, en la puerta de su domicilio, está Agustín, el alcalde de San Mateo, que nos saluda cariñosamente. Frente por frente, el palacio Riquelme. En su puerta, todavía luce, medio caído, un cartel ya descolorido de un pasado homenaje a Shakespeare y Cervantes.

Aquí se presentó el Plan Director del Centro Histórico que luego Camas ha confirmado que no existe como documento.

Ya el mero hecho de reconocer que se ha presentado y abanderado algo que no existe y que sabía que no existía, lo veo motivo de sobra para dimitir. Se ha engañado a la gente conscientemente, algo intolerable que una sociedad democrática como la nuestra no debería permitir, ni con esos comportamientos ni con otros muchos. Y mientras, el cartel de Shakespeare y Cervantes ahí sigue en la puerta. Es una alegoría de lo que es el centro. Aquí todo se deja perder, todo se pudre y todo termina siendo inservible. Y mientras se anuncian cosas que no existen.

Tomamos la calle Cordobeses, para luego desandar los pasos y tomar rumbo al palacio de San Blas. De camino, Alejandro recuerda que hace 25 años, el centro de Cádiz no estaba mucho mejor que el de Jerez hoy día. “Era una masa de edificios apuntalados, de suciedad y también de droga. Mi madre sigue viviendo en una calle que ahora está muy bien, pero que antes era punto de venta y de consumición de heroína. De camino al colegio veía jeringuillas y gente tirada en el suelo pinchándose. Con lo cual, es el ejemplo más claro de que las cosas se revierten con voluntad. Allí, PSOE y PP siguieron las mismas políticas con el centro".

Llegamos al palacio de San Blas, o al del Pantera, como muchos lo conocen. Alejandro, que es licenciado en filología clásica y máster en raíces culturales europeas, nos cuenta que el terremoto de Lisboa afectó a la estructura de la parroquia de San Mateo, por lo que la actividad religiosa se trasladó a este lugar hasta que no se rehabilitó el templo. De ahí que en la calle Espíritu Santo encontremos una portada barroca con símbolos litúrgicos y pasionistas.

¿Tiene esperanzas de que una vez rehabilitada la plaza Belén, este entorno pueda revitalizarse también?

No, a tan lejos no creo que llegue la revitalización, como mucho a las viviendas de los alrededores de Belén. Yo siempre digo que el centro es como una lata de pintura cerrada, de estas que tienes que meterle dos o tres destornilladores para abrirla. Se ha metido el primero, pero todavía necesita dos o tres más.

¿Después de plaza Belén, cuál debería ser ese siguiente destornillador?

Sin terminar la plaza Belén, lo más importante es establecer un plan de repoblación del centro, mucho más que el tema patrimonial. Que viva gente y que favorezca la creación de un tejido comercial ahora inexistente, que paguen sus impuestos y que con esos impuestos favorezcan el mantenimiento del patrimonio.

¿Y eso cómo se consigue?

En primer lugar vendiendo intramuros como una zona segura, que lo es. Yo cuando escucho a gente diciendo que por aquí, a según qué horas da miedo pasar, no lo entiendo. Por aquí no conozco a nadie que le hayan dado un tirón o que le hayan dado una paliza o un navajazo, así que no hay nada que temer al respecto. También sería bueno poner sobre la mesa el carácter económico que tiene vivir en el centro histórico. Es de las zonas de Jerez más económicas por metro cuadrado para comprarse una casa. Eso desde el punto de vista de imagen y ya luego desde el punto de vista político y administrativo, poner en marcha mecanismos que ayuden a la repoblación y que no cuesten dinero. Por ejemplo, todas las propiedades del Ayuntamiento. El Ayuntamiento debería poner en circulación el registro municipal de solares, que no lo tiene. En segundo lugar, a la persona que quiera vivir al centro, que se le exima de pagar el IBI en los primeros cinco años si adquiere una propiedad del registro municipal de solares, que eso es un dinero que el Ayuntamiento no está cobrando, con lo cual tampoco le supondría un gasto. También hacer convenios con entidades bancarias para obtener hipotecas ventajosas, tipo las de protección oficial; hablar con la Junta para que subvencione los estudios arqueológicos; poner a disposición de la gente a los arquitectos municipales para que ayuden a la relación de proyectos, porque entre arqueología y proyecto se te van 30 o 40.000 euros fáciles. Con lo cual, el que quiera venir a vivir, que se preocupe solo de la rehabilitación y el acondicionamiento de su casa. Hay veces que es necesario hacer cierto tipo de inversiones, no pensar a corto plazo en lo que me va a suponer un gasto, sino como va a revertir eso en beneficios a lo largo del tiempo.

Bajamos la calle Espíritu Santo para luego tomar Benavente Bajo hasta la plaza Basurto, donde está la sede de la asociación de vecinos. De camino, una última pregunta, sobre la tan difícil convivencia entre hosteleros y vecinos y las polémicas zonas ZAS.

Bares y hosteleros básicamente dicen que desde la asociación lo que hacéis es torpedear el ambiente en el centro.

La asociación en ningún momento ha pedido la declaración ZAS de nada, han sido los hosteleros. Tampoco hemos sido los que hemos difundido ese bulo de que en el centro, a las 12 de la noche, ya no hay nada, han sido los propios hosteleros, con lo cual yo creo que el enemigo lo tienen en casa. Simplemente vamos a defender nuestros derechos y el cumplimiento de la normativa de la ley vigente. La asociación va a seguir en la misma línea, porque es uno de los aspectos que tiene más claro: cumplimiento de la normativa y sanción al que no la cumpla. Y si ellos son los que piden la zona ZAS con segundas intenciones, que no pidan responsabilidades a quien no tiene culpa de nada. Que enseñen un solo papel de la asociación pidiendo la declaración de ZAS de San Pablo, Vargas y la plaza del Clavo. A ver si lo encuentran.

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Jorge Miró

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