Megumi Makino, ganadora del XVI Concurso de Venenciadores de Japón, visita por primera vez la ciudad para aprender todas las singularidades de un vino único.

No cabe duda de que el jerez despierta pasiones en Japón. Llama la atención que desde nuestra ciudad contemplemos al país nipón como un perfecto exportador de nuestra cultura. Yoshiko, representante del Consejo Regulador allí, explica que este especial interés se debe a la enorme promoción que el Consejo lleva realizando desde hace 15 años. "Por eso actualmente hay 156 venenciadores titulados en Japón", comenta. Beltrán Domeq, presidente de la institución que regula cada una de las referencias del Marco, expuso en 2015 que era muy significativo que las dos ganadoras del concurso de venenciadores hayan sido mujeres. Dos años después, el arte de venenciar lo siguen copando las féminas, que continúan despuntando a la hora de introducir la venencia en bota, romper el velo de flor si se trata de un fino, y verter con elegancia el líquido en el catavino.

Megumi Makino (Kyoto, 1969) es la ganadora este año del XVI Concurso de Venenciadores de Japón. ¿Es significativo que tres mujeres hayan ganado este concurso consecutivamente? Arquea una ceja, ríe, y luego contesta: "No hay brecha de género en nuestro país. Hombres y mujeres están ganando lo mismo en Japón desde hace tres años". Makino comienza a interesarse por el vino hace ya más de 20 años, cuando trabajaba en un restaurante. Pero no empieza a centrar sus gustos por el vino de Jerez hasta 2007, justo cuando en nuestro país solo se escuchaba la palabra "crisis". Ella, que comienza a estudiar el vino del Marco en 2015, confiesa que solo lleva un año venenciando y que deseaba visitar la ciudad para conocer de cerca sus "enormes bodegas", hasta ahora lo que más le ha sorprendido de Jerez. Megumi Makino, en su visita al Consejo Regulador, se encuentra rodeada de compañeros venenciadores que también participaron en el concurso, sumilleres y prensa japonesa especializada en enología. Beltran Domeq les explica, sienta cátedra sobre la manzanilla, el fino, el amontillado —uno de los favoritos de Makino—, oloroso, palo cortado, cream y Pedro Ximénez. Expone las propiedades de cada jerez, su maridaje, su conservación, en qué copas se deben servir...

Ocho son los invitados japoneses que toman nota alrededor de la amplia gama de vinos que olisquean y saborean. Incluso inclinan cada copa para observar la transparencia del líquido para así contemplar cómo va ganando densidad a medida que asciende la escala de secos a dulces. Esta gran variedad es lo que atrajo a Makino del jerez. "Es un vino que solo se hace aquí, en esta ciudad. El jerez tiene un mundo muy profundo por conocer. Tienen un sabor estupendo y muchos tipos para poder acompañar la comida", asegura. "Estoy muy contenta de estar en Jerez. El aire es muy limpio… pero esperaba otro clima, no este frío", señala entre risas. Le ha sorprendido la enorme cantidad de botas que albergan las bodegas por muy pequeñitas que éstas sean. Y sobre todo, le asombran los años de crianza. ¿Qué botellas meterá en su maleta? "Sin duda muchas de amontillado muy viejo", contesta sin duda.

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Claudia González Romero

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