La ex camarera de la cafetería del Campus acepta la indemnización

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09 de septiembre de 2016 a las 05:40h

Milagros Padilla y el dueño de la cafetería 'Mardel' cierra un acuerdo después de que este subiera la cantidad del finiquito.

Milagros Padilla y el dueño de la cafetería Mardel del Campus de Jerez, José Manuel Márquez Delgado, han llegado a un acuerdo. Después de casi dos meses entre pleitos y reuniones, Mila no vuelve a formar parte de la subcontrata de la Universidad. En vez de la readmisión con otro tipo de condiciones inferiores, según Mila, ha aceptado una indemnización que se ajusta más a las horas que había trabajado durante sus 12 años en la empresa. “He cogido el finiquito porque la situación estaba fatal. Mi marido tiene una minusvalía, cobra 500 euros y aquí somos cinco”, explica a lo que continúa: “Yo no iba a entrar ahí para ir para atrás”.

La excamarera, que fue despedida el 15 de julio de 2016, comunicó a este medio que la habían despedido por “pedir las horas que le deben”. José Manuel Delgado, que se convirtió en el dueño del negocio hace solo seis meses, cuenta que la despide por ser la última persona en entrar a ser fija. “Es falso que haya machismo y que se le haya echado por ser mujer. Simplemente la empresa generaba pérdidas y decido hacerle un contrato de fija-discontinua porque los otros fijos eran el encargado y el cocinero”, declara el actual propietario del negocio. Le ofreció un contrato inferior, con unas condiciones que también le presentó para readmitirla durante los dos meses de verano. Pero Mila se negaba a aceptarlas y finalmente ha declinado dichas ofertas.

Márquez Delgado dice que ella trabaja según el convenio de hostelería, documento que dicta que “la jornada anual será de 1.800 horas de trabajo efectivo”. Milagros, que entra a trabajar como fija en 2010, dice que llega a trabajar más de 2.000 horas. La actual desempleada cuenta que hasta hace cuatro años, siempre ha trabajado navidades y verano, a excepción de Semana Santa, periodo en el que sí cerraba la cafetería. El ahora dueño de la cafetería informa que a día de hoy cierran a partir del 22 de diciembre y vuelven el 7 de enero, por lo que esas horas que no trabajaba Mila, se regulaban luego en otras jornadas laborales. No obstante, eso ocurre a partir de 2012. Antes, ella seguía trabajando 10 horas en vez de 8, como venía reflejado en el contrato.

"Yo fui y le pedí las horas que me debía porque no consentía firmar más una nómina que no cobraba”

“Él, un trabajador como yo, coge el negocio a principios de año. Yo fui y le pedí las horas que me debía porque no consentía firmar más una nómina que no cobraba”, relata Mila. El dueño de Mardel cuenta que él no tenía por qué darle un dinero que le debía el anterior propietario, y que prácticamente se “tragó un marrón”. “Al tercer mes dice que me sube 43 euros, pero luego no me lo ingresa, es por ello que voy y le pido explicaciones. Él dice que no puede, pero yo voy y le enseño mi convenio, porque yo trabajaba más horas de las que tenía que echar”, concluye Milagros Padilla. Pepe Díaz, presidente del Comité de empresa del personal de la Universidad, manifiesta que “ya no se continuarán con las movilizaciones, porque ya no tienen sentido”. 

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Claudia González Romero

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