"La ciencia es un sinfín de cosas nuevas"

Cerca de 3.500 alumnos de 50 centros escolares de Jerez y la provincia participan en la 'V Feria de la Ciencia en la Calle', un encuentro educativo que convierte a los estudiantes en divulgadores científicos.

"¿Qué tal vuestras mercedes? Soy Johannes Gutenberg", saluda un pequeño de 11 años con melena y barba blanca postiza. "Un hombre raro, ¿verdad? Claro, soy un alemán y nací por el año 1.400", continúa. Se sabe su discurso al dedillo. Y lo repite cada vez que alguien aparece por su mesa. En la quinta edición de la Feria de la Ciencia en la Calle, el CEIP Montealegre, con maquetas con muñecos de playmobil y distintos photocall, honra la memoria de personajes que marcaron un hito en la historia. Hasta cinco niños son los encargados de representar a Gutenberg, el creador de la imprenta. A su lado, vestidos con chaleco negro y gorro bucanero, dos Cristóbal Colón en miniatura. "¿Quién descubrió América?", cuestiona un niño de 8 años después de que su madre le chivatée la pregunta. Los escolares, que llevan desde antes de Navidad con el proyecto, responden al instante y de corrido. Historia, robótica, biología, medioambiente, música, higiene, nutrición... Al fin y al cabo, ¿qué es la ciencia?

"Un mundo interesante con muchas cosas", define un pequeño del colegio María Medianera Universal, que mide menos de un metro y medio y que lleva unas gafas de pasta azul. "Un sinfín de cosas nuevas", contesta su compañero. Con tan solo 10 años, conciben la ciencia como algo desconocido, pero curioso y atractivo a la vez y como algo que están deseosos por conocer. La clase de quinto de primaria del centro ubicado en la calle Santísima Trinidad trae un proyecto que versa sobre las diferentes características y peculiaridades de las aves rapaces. "Sabemos identificarlas por la velocidad, las plumas, la forma de la cola, la silueta...", explica uno de los alumnos. Están inquietos y entre ellos mismos se pisan porque quieren exponer todo lo que han aprendido durante el último mes: "Mi favorito es el milano real". "¡El mío el halcón peregrino!". "¡El mochuelo!". Todos están agradecidos por repetir la experiencia, ya que el año pasado también participaron con un proyecto en el que explicaban el cuerpo humano de una manera divertida. La Feria de la Ciencia permite que los niños aprendan enseñando y da la oportunidad de que encuentren su vocación experimentando un amplio abanico de materias. "Yo quiero ser biólogo", incide un escolar. "Yo también, pero aparte de ser biólogo quiero ser ministro de Economía", enlaza con arte su compañero de clase."¿Eso es un níspero?", se pregunta un adolescente al ver una pieza de fruta conectada a unos cables. Se trata de un piano de frutas que ha creado el IES Doñana de Sanlúcar de Barrameda, un instituto habitual en la Feria de la Ciencia en la Calle. Un kiwi, un plátano, una naranja, una pera y un níspero se convierten en teclas que producen notas musicales, casi por arte de magia. Sin duda, una forma de aprender tecnología y música de una manera divertida. Todos quieren probar el invento. "¡Pero tienes que agarrar esto!", le comunica un amigo a un niño que está interactuando con el piano sin sostener un cable esencial que está conectado a la base digital del instrumento. "La gente se queda muy sorprendida pero el experimento es muy sencillo", expresa David, alumno de cuarto de la ESO del instituto de Sanlúcar. Cuenta que el proyecto lo crearon en la clase de informática, una idea de su profesora, María José Vital. 

La V Feria de la Ciencia en la Calle, ubicada como de costumbre en plena plaza del Arenal, acoge los proyectos de ciencia divulgativa de 50 centros escolares de Jerez y la provincia. Las sonrisas y las carcajadas, como las explicaciones de más de 3.500 estudiantes, no faltan dentro de este certamen educativo. "Si no tiene vitamina C, el líquido se pondrá azul. ¿Pensáis que la leche tiene vitamina C?", pregunta una alumna de primero de Bachillerato del IES Santo Domingo de El Puerto a unos niños que escuchan con especial atención. "¡No!", vocifera un pequeño sin quitarle ojo a la probeta. "Efectivamente. ¿Sabes por qué?", incide ella. "Porque en vez de vitamina C, tiene Calcio, para los huesos", contesta con destreza, dejando patidifusa a la estudiante. "¿Y el pimiento?", prosigue con sus demostraciones científicas, ligadas a la nutrición, mientras la mascota de la feria aparece junto a un séquito con apetito de selfies. ¿Cómo se llama la mascota este año? "Yo me llamo Jairo, la mascota no sé", contesta el alumno enfundado en un disfraz de extraterrestre hecho a mano. "¡Mira! ¡Una foto!", se escucha a lo lejos. Un asiento hecho con botellas de plástico; un mapa de Andalucía con códigos QR; un circuito que muestra el acelerador magnético o Rifle de Gauss; un pequeño huerto de fresas ecológicas y otras que han tenido un cultivo intensivo; una maqueta de una granja con una instalación eléctrica; una yincana matemática por Jerez; maquetas en miniatura de aviones y el empleo de las masas madres de cultivo en el pan, son algunos de los muchos experimentos y talleres de esta nueva edición. Si hay alguna que destacar, es el ecosistema de la Bahía de Cádiz con tinta Gyotaku que ha realizado el IES Almunia. Un proyecto que ya ha sido premiado en el certamen de Acuicultura Sostenible, en Madrid. "Esta técnica la crearon los pescadores japoneses para tener un recuerdo de sus mejores capturas en el mar, al no disponer de una cámara de fotos", relata Ana, alumna de 15 años del instituto jerezano. "Aquí tenemos algunos moluscos como gambas y sepias, o peces como la dorada y el rodaballo", apunta Juan mientras señala un choco embadurnado en tinta negra Gyotaku para que los presentes en la feria lo marquen con un folio blanco y se lleven un bonito recuerdo de la V Feria de la Ciencia en la Calle. 

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