El atentado contra la sede del semanario satírico francés Charlie Hebdo, que se saldó con doce víctimas mortales, ha provocado una ola de protestas por todo el continente condenando estos actos. Y Jerez no iba a ser menos. En pleno corazón de la ciudad, en la plaza del Arenal, ha habido esta tarde una concentración para censurar este tipo de actos contra la libertad de expresión. El atentado, perpetrado por varios asaltantes, se ha saldado con la detención, por el momento, de siete personas, según publican varios medios franceses.
La publicación de varias viñetas sobre Mahoma fue el detonante para que esta revista estuviera en el punto de mira de radicales islámicos desde 2012, año en el que salió a la luz la primera portada con el fundador del islam como protagonista. Numerosos periodistas de Jerez, así como miembros de la CNT y de otras organizaciones sindicales y partidos políticos, han guardado un minuto de silencio sosteniendo un lápiz en alto de forma simbólica para protestar por las muertes producidas y por este atentado contra la libertad de expresión.
La presidenta de la Asociación de la Prensa de Jerez (APJ), María José Pacheco, aseguró durante el acto que "de alguna manera nos han golpeado a todos". Por eso mostró su "enérgica repulsa" al atentado en su nombre y en el de la APJ, para concluir diciendo que "la libertad de expresión está por encima de todo". Pacheco dio el pésame a los familiares de los fallecidos y alentó a los integrantes de Charlie Hebdo a seguir dibujando. "El único arma que tenemos frente al fanatismo es el bolígrafo, la palabra, nuestra voz", por eso se alegró de que la revista vaya a publicarse la semana que viene, como ha anunciado el abogado de la revista.
En la concentración también estuvieron representantes de la comunidad islámica de Jerez, como su presidente, Ibrahim Allilou, quien aseguró que este tipo de actos "nada tienen que ver con el islam". Cuando conoció la noticia, sintió "impotencia y temor por los conflictos que puede haber en la comunidad musulmana en Europa" a raíz del atentado. De hecho, ya se conocen varios ataques a mezquitas y locales musulmanes en Francia.
"El islam no es una religión violenta, sino todo lo contrario", asegura Allilou, quien afirma a su vez que "en Jerez viven muchos musulmanes pacíficamente y no hay conflicto", por lo que añade que "la comunidad jerezana sabe diferenciar perfectamente entre musulmanes y terroristas". Además de Allilou, también acudieron a la concentración miembros de la comunidad marroquí de la ciudad, que con su presencia quisieron desterrar la "falsa creencia" de que todos los musulmanes defienden este tipo de atentados y evitar así que se generalice con una comunidad tan heterogénea.
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