La asociación de vecinos del centro histórico lamenta que el Ayuntamiento no apoye la reutilización de espacios abandonados para su uso público.
El centro de Jerez tiene 117 casas, palacios y solares abandonados, que podrían incluso alcanzar las 150 si se enumeraran aquellas viviendas que están dentro de calles completas que, o bien están cortadas desde hace demasiados años, o bien son una ruina completamente. Estas tristes cifras, fruto de un trabajo de tres meses, las recogió en un documento la asociación de vecinos del centro histórico. La gran mayoría están comprendidas en los barrios de San Lucas y San Mateo, dos de los más antiguos de la ciudad. Solo hace falta pasar por calles como Juana de Dios Lacoste, Carpintería Alta, San Blas o Justicia para comprobar estos datos. La situación, sin embargo, no es nueva. Lo sabe bien el Ayuntamiento, quien conoce desde hace años este documento elaborado por los vecinos, si bien tampoco hace falta tener ningún papel para corroborar el lamentable estado del centro, solo dar una vuelta a pie.
Que Jerez tenga un centro histórico declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) en estado semi ruinoso se debe, de una parte, a los tiempos de especulación urbanística cuando se anunció la Ciudad del Flamenco. Varias inmobiliarias, sobre todo una, se hicieron con palacios, palacetes y casas antiguas con vistas a transformarlas en hoteles y apartamentos, proyectos que finalmente quedaron en nada tras paralizarse la obra y sobre todo, tras el estallido de la crisis. Desde entonces, mucho se ha hablado de regenerar el centro, se han presentado proyectos como el famoso plan director, del que nada se sabe, y lo único que por fin parece que tiene visos de salir adelante es la remodelación de la plaza Belén, gracias a fondos europeos.
Sin embargo, el proyecto ha quedado durmiendo el sueño de los justos en un cajón del Ayuntamiento, lamenta Alejandro González, presidente del colectivo vecinal, que critica que “no hay participación ciudadana real, no hay proyecto para el centro histórico ni voluntad. De hecho, en la tribuna de opinión de Mamen Sánchez con motivo del Mundial de Motos ni nombra al centro histórico como seña de identidad de la ciudad”.Las ideas que no se materializan en Jerez las toman otras ciudades. Un proyecto prácticamente idéntico al presentado por la asociación jerezana se ha llevado con éxito en algunas capitales como Madrid, Barcelona o Zaragoza, siendo quizás este último el más interesante. Con el nombre Esto no es un solar, una iniciativa promovida por la Sociedad Municipal Zaragoza Vivienda y dirigida por los arquitectos Patrizia di Monte e Ignacio Gravalos Lacambra, ha surgido como respuesta a una serie de demandas ciudadanas y ha cumplido un doble objetivo: de un lado, dar un uso público temporal a solares vacíos y degradados de la capital aragonesa (siempre con el consentimiento de los propietarios), y por otro, generar empleo entre parados de larga duración. En total, 29 intervenciones en apenas 13 meses, logrando reciclar 42.000 metros de espacios abandonados.
La iniciativa ha tenido muy buena acogida entre los vecinos de la capital maña, ya que estos espacios, de libre acceso, se han acondicionado para diferentes usos deportivos, lúdicos y recreativos, en ocasiones, usando materiales reciclados y de bajo coste. “Imagina lo que sería un solar como el de Juana de Dios Lacoste sin escombros, limpio, con un suelo de caucho para los niños, o con albero, con columpios para los más pequeños o con máquinas de deporte para los mayores…”, señala Alejandro González, que remata: “Esto es querer, si no se hace, no hay otra razón”.