Hay trayectorias que avanzan sin estruendo, pero con paso firme. La de Judeline (Lara Fernández) es una de ellas. La cantante nacida en Jerez y criada en Los Caños de Mecaprotagoniza la portada de enero de 2026 de Vogue España, un hito que llega en un momento clave de su carrera y que confirma algo que la industria ya venía señalando: su nombre ha dejado de ser emergente.

El reportaje, fotografiado por la británica Kate Bellm en distintos puntos de Mallorca, presenta a una Judeline en plena etapa de consolidación. La revista apuesta por una estética cuidada y sugerente, en sintonía con una artista que ha construido su identidad entre lo sensorial, lo íntimo y lo contemporáneo. Cabe destacar que se suma a otros nombres de jerezanas que han tenido especial relevancia en el mes de noviembre, protagonizando también la portada de la revista de moda y estilo: Gema Carrasco, Gema Moneo, 'La Macanita', María Terremoto y Leonor Leal. 

De Jerez al mundo

Con solo 22 años, Judeline suma más de cuatro millones de oyentes mensuales en Spotify y ha pisado escenarios como Coachella. Su álbum Bodhiria, publicado en 2024, marcó un antes y un después: un trabajo ambicioso que la situó en el radar internacional y la llevó a colaborar con artistas como Sega Bodega o Pa Salieu.

Antes de esta portada, Judeline recorrió un camino largo y silencioso. Durante su adolescencia combinó estudios con trabajos precarios para poder mantener su proyecto musical. La artista recuerda cómo aquel verano anterior a mudarse a Madrid, con 17 años, trabajó como niñera y en recepciones de hotel, mientras empezaba a probar suerte en la música. Esos años formaron parte de un aprendizaje que, hoy, se refleja en la seguridad con la que gestiona su carrera.

En la entrevista con Vogue, Judeline habla sin rodeos sobre las dificultades de enfrentarse a la industria. Contratos, negociaciones y la constante exposición pública son desafíos que acompañan a cualquier proyecto artístico que empieza a crecer. "Hacer un disco es mucho más que música", señala, en referencia a la cantidad de decisiones y responsabilidades que no se ven desde fuera. Su experiencia con Bodhiria le enseñó que incluso la creatividad tiene que convivir con la gestión profesional.

Una idea diferente de éxito

Lara Fernández, nombre real de la artista, también reflexiona sobre lo que significa triunfar en la música. Para ella, no existe un único modelo. Cambiar de sonido, explorar proyectos más íntimos o incluso distanciarse temporalmente de los escenarios no resta valor, sino que forma parte de un camino consciente. "No todo tiene que ir siempre a más", afirma, defendiendo la posibilidad de crecer sin la presión de cumplir expectativas ajenas.

La moda ocupa un lugar importante en su narrativa, pero no como escaparate. Su relación con la imagen es natural y coherente con su música. La cantante ha estado en primera fila de desfiles internacionales y ha construido un estilo propio que combina estética, actitud y presencia escénica, siempre conectando con su identidad artística.

Desde Jerez hasta las páginas de Vogue, Judeline confirma que se puede construir una carrera sólida sin prisas y con personalidad. La portada no es un final, sino un reflejo de un momento en el que su talento, creatividad y visión la colocan en un lugar destacado dentro del panorama musical y cultural internacional. Con paso firme, la joven gaditana sigue escribiendo su historia, entre la libertad de crear y la determinación de marcar su propio rumbo.

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Míriam Bocanegra

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