Javier Benítez, nuevo presidente de la Asociación de la Prensa de Jerez (APJ), arranca su mandato con ilusión, muchos proyectos sobre la mesa y una clara hoja de ruta: hacer de la entidad un referente más útil tanto para los profesionales del periodismo como para la ciudad. “Estamos soñando despiertos en algunos momentos, pero tenemos muchas ilusiones puestas en esta nueva etapa”, afirma.
Tras un proceso de transición “facilitado muchísimo” por su antecesora, Roxana Sáez, el nuevo equipo ha comenzado a funcionar con un reparto de proyectos, más que de áreas, y con “una velocidad de crucero importante”, aunque todavía “aterrizando” desde el punto de vista burocrático. Entre sus primeros objetivos está consolidar la utilidad de la APJ, no solo para los periodistas sino también para el conjunto de la sociedad. “Queremos que la asociación consiga todavía ser más útil a la profesión y también más útil a la ciudad”, subraya Benítez.
El nuevo presidente, que dirige las delegaciones de Canal Sur en la provincia de Cádiz, considera que la APJ puede ser un catalizador cultural en Jerez, una ciudad que los periodistas conocen “cada centímetro”. “Estamos llamados a agitar el avispero, no solo desde el punto de vista de la profesión periodística, sino también en otras áreas, especialmente la cultura”, apunta.
Precariedad estructural y periodismo vocacional
En su análisis del estado del periodismo en la ciudad, Benítez no oculta su preocupación: “Nunca he conocido esta profesión con un perfecto estado de salud”. Aunque destaca el talento y prestigio de muchos profesionales locales —“Jerez ha sido y es cuna de grandísimos profesionales”—, lamenta que “el estado de salud sociolaboral deja mucho que desear”.
“La precariedad sigue siendo una asignatura pendiente de las empresas y de la profesión”, advierte. “Hay gente que está cobrando sueldos miserables y muchos periodistas que no pueden ejercer”. Una situación que, según Benítez, lastra el ejercicio diario del oficio: “Muchos periodistas van a la guerra con un tirachinas y eso no puede ser. Es una heroicidad hacer periodismo con tan escasos medios”.
Además, subraya la vocación como un arma de doble filo. “Muchas empresas se han aprovechado tradicionalmente de que este sea un oficio tan vocacional. La gente se desvive por esta profesión y eso ha facilitado el abuso”.
Contra la desinformación y los bulos
Otro de los grandes retos que afronta la APJ, según Benítez, es el combate contra las fake news y el intrusismo. “Me preocupa muchísimo. Parece que hay barra libre para contar noticias sin ningún rigor. Las fake news, el pseudoperiodismo, el intrusismo nos están haciendo mucho más daño que otros factores”.
Defiende la necesidad urgente de reivindicar el valor del periodista profesional: “No cualquiera puede contar, analizar e interpretar la actualidad. Igual que no cualquiera puede operar de apendicitis, el periodismo requiere preparación, ética y compromiso”. Asegura que estamos en mitad de “una travesía del desierto”, pero cree que llegará una etapa en la que se volverá a valorar el papel del periodista como “garante de una información de calidad”.
Nueva imagen, premios y proyectos editoriales
Entre los primeros proyectos de la nueva junta directiva destaca la entrega del Premio Juan Andrés de Periodismo, que se celebrará el 28 de junio y servirá también como despedida oficial de la anterior presidenta, a quien Benítez agradece “su generosidad y su entrega”.
Además, la APJ lanzará una colección editorial en colaboración con Peripecias Libros: “Permitirá a los asociados y a cualquier periodista publicar obras relacionadas con el periodismo sin coste, sin necesidad de autoeditarse ni buscar editorial”.
También está en marcha una renovación de la imagen corporativa de la asociación, que verá la luz en los próximos meses, como parte del impulso renovador de la etapa que comienza.
Una mirada comarcal y sin estereotipos
Benítez insiste en que la asociación tendrá vocación comarcal, atendiendo no solo a Jerez, sino también a la Sierra y la Costa Noroeste. Asimismo, defiende un periodismo que supere los estereotipos y cuente todas las realidades de la ciudad: “Lo más fácil es vender los caballos, el vino o el circuito, pero hay muchas otras páginas que se escriben a diario en Jerez”.
Y concluye: “Querer a Jerez es contar lo bueno, pero también denunciar lo que no lo es. Si se hace con honradez, no se le puede pedir más a un periodista”.