La noche de Reyes Magos será muy especial para el tenor jerezano Ismael Jordi. Ese día debutará en el Metropolitan Opera House encarnarnado a Alfredo Germont, el amante de la cortesana Violetta en el libreto de La traviata, de Verdi, una de las actuaciones más importantes en la carrera el cantante.
Ismael Jordi se encuentra desde hace algunas fechas en la Gran Manzana preparando la puesta en escena de la obra y padeciendo la ola de frío que, bajo el nombre de ciclón Elliot, está afectando al estado de Nueva York. Sobre la nieve, Jordi está pasando una Navidad muy singular alejado del ambiente de su tierra.
Actuará ante un aforo de 4.000 localidades en el principal escenario de la lírica neoyorquina. La pandemia le impidió el debú en la temporada lírica de allí hace tres años, cuando el jerezano iba a interpretar a Romeo en Romeo y Julieta de Gounod, por lo que el destino ha querido que sea con Alfredo, rol de una ópera que ha cantado en 104 ocasiones.
Ismael Jordi vive entregado a su profesión desde la constante formación de su voz hasta en su forma física, porque, como ha manifestado en varias ocasiones, ”el cantante de ópera debe ser un deportista de élite", confiesa el jerezano, que fue futbolista en su juventud, afición que cerró para dedicarse a la carrera lírica de la mano de Alfredo Kraus.
Cuenta veinte años de una carrera que le ha llevado a los más prestigiosos teatros europeos como el Covent Garden de Londres, Ópera de París, Viena, Amstedam, Zurich, o el Liceo de Barcelona.
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