El infierno de los botellones en una calle de Jerez: "Cualquier día puede pasar algo gordo"

Los vecinos de la calle Isabelo denuncian la situación de inseguridad que viven desde hace más de 10 años y suplican al Ayuntamiento la toma de medidas para frenar los problemas que ponen en riesgo la convivencia en la zona

Los vecinos de la calle Isabelo de Jerez denuncian los problemas de inseguridad que llevan viviendo desde hace años.
Los vecinos de la calle Isabelo de Jerez denuncian los problemas de inseguridad que llevan viviendo desde hace años.

Botellones, venta de droga, peleas, vandalismo, sexo en público... todo lo que se pueda imaginar lo están viviendo los vecinos de la calle Isabelo de Jerez desde hace más de 10 años. Se trata de una situación infernal que trae de cabeza a quienes habitan en la zona de jueves a domingo. "Deseamos que llegue el lunes para poder dormir tranquilos", afirma Bernardo Muñoz, presidente de la comunidad de vecinos.

La problemática viene porque, desde hace años, esta calle es "el aparcamiento" de una conocida discoteca de la Avenida Alcalde Álvaro Domecq. "El problema no es que aparquen en una calle pública, sino el estado en el que vuelven a las cinco de la mañana", insiste. Desde su punto de vista, hasta el momento no se han producido altercados realmente graves, pero advierte que "cualquier día puede pasar algo gordo".

Y es que, todos los fines de semana se reúnen montones de personas para hacer botellón antes de marcharse de fiesta y la cosa suele desmadrarse. "Te llaman al interfono, te patean la puerta... ellos saben quién eres tú, pero tú no sabes quiénes son ellos", cuenta preocupado, añadiendo que "hace unos años a mi hijo le rociaron el coche con ácido. ¿Quién sale de marcha con un bote de ácido?".

vandalismo calle isabelo 2
Venta de droga, peleas o sexo en público son algunos de los problemas a los que se enfrentan todos los fines de semana.

La situación es absolutamente dantesca. Los vecinos han alertado casi 300 veces a la policía que "unas veces viene y otras no", mientras buscan la forma de evitar que se sigan produciendo estas reuniones bajo sus casas. Poco antes de la pandemia tomaron la decisión de poner una cadena para cortar el acceso a la calle. "Aunque de recogida había quien te insultaba porque no podías cerrar de esa forma la calle, lo cierto es que funcionó y tuvimos una época más tranquila", señala el representante vecinal.

A la espera de que el Ayuntamiento mueva ficha

Esta tranquilidad se alargó durante el confinamiento, ya que "sin discoteca no había botellones", sin embargo, con la reapertura de los establecimientos de ocio, volvieron los problemas. Conscientes de que estaban cortando la calle de forma ilegal, habían retirado la cadena y otra vez se encontraron en las mismas. 

Fue entonces cuando entró en juego el Ayuntamiento de Jerez. "Nosotros nos habíamos reunido muchas veces con ellos, pero nos habían dado una de cal y otra de arena", afirma Bernardo. No obstante, en el mes de marzo recibieron una buena noticia, ya que les hicieron saber que se había aprobado la colocación de una cancela para controlar el acceso de vehículos los fines de semana. Pese a ello, meses después siguen esperando que los trámites que quedaban pendientes se completen y se coloque la barrera prometida. "El precio sigue subiendo, pero no nos importa pagarlo nosotros", asegura Bernardo.

Según cuenta, "hace unos días nos notificaron que en ningún momento habían dicho que el proyecto de la cancela se hubiera aprobado, cosa que es mentira, y que estaban buscando una solución. Que hagan lo que sea, pero que hagan algo, es lo único que pedimos". Dentro de la calle hay otra pequeña travesía, también pública, que "está cerrada a cal y canto por cada costado". Bernardo cree que "si se ha cerrado una calle, se puede cerrar otra. Entendemos que la decisión la tomó otro gobierno, pero esto no es cuestión de partidos, sino de invertir en el bienestar de los ciudadanos". Otra propuesta que se les trasladó fue la colocación de unas cámaras de seguridad que leyeran las matrículas de los vehículos que accedieran al interior para poder controlar quién entraba en la calle sin ser vecino de la misma.

En cualquier caso, están abiertos a cualquier medida que permita preservar su descanso y su seguridad. Precisamente, han conseguido concertar una reunión el próximo día 3 de noviembre con los responsables del área de Movilidad del Ayuntamiento. Bernardo asegura que no sabe qué les van a ofrecer, pero suplica una solución lo antes posible porque lo que les espera es de traca. "Ahora viene Halloween y después empiezan las zambombas, lo que viene es horroroso. Los empresarios tienen derecho a hacer negocios, las personas a divertirse, pero nosotros también a descansar y a sentirnos seguros", concluye.

Sobre el autor:

Pablo Mata

Pablo Mata

Periodista, graduado en la Facultad de comunicación de Sevilla en el año 2020. Miembro de la Asociación de Prensa de Jerez. He hecho prácticas y colaborado en varios medios para ganar experiencia. También escribo en mi propio blog sobre mi pasión, el deporte, y ahora tengo la oportunidad de aportar mi granito de arena en lavozdelsur.es.

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