Francos: la tristeza de una calle sucia, deshabitada y sin apenas actividad comercial

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La propuesta de IU de revitalizar este enclave fomentando la llegada de negocios no anima a sus escasos vecinos y comerciantes, que consideran que primero habría que fomentar la llegada de habitantes a intramuros. 

Cuenta Antonio Mariscal Trujillo, en su libro Por las calles del viejo Jerez, que la calle Francos, tras la reconquista, tomó su nombre debido a que los mercaderes de esta vía gozaban de privilegio de franquicias y excepciones impositivas para promover el comercio en la ciudad. Muchos, muchos siglos más tarde, esa actividad y esa vida que se presupone que tuvo este enlace entre las antiguas puertas Real y de Santiago no solo se ha perdido, sino que para algunos de sus comerciantes y vecinos no volverá nunca.

Pasen cualquier día por Francos y sabrán de lo que hablan quienes mejor la conocen. Un punzante olor a orín se deja notar nada más acceder a su tramo peatonal desde la plaza Plateros. El hedor se hace presente prácticamente hasta el antiguo cine Astoria, mucho más persistente en verano, cuando aprieta el calor. Decenas de locales comerciales cerrados, como el que dejó hace ya años el exfutbolista del Xerez Pepe Ravelo al jubilarse. Lo propio hicieron los propietarios de Suinve, la única cadena de electrodomésticos con la que contaba el centro, que tras bajar la cortina de su tienda de Algarve hizo lo propio con esta de Francos, básicamente por las trabas que les ponían desde Urbanismo para remodelar el inmueble.

Por este motivo, y para recuperar esa vida comercial prácticamente perdida en este enclave, IU ha presentado una medida, que forma parte del programa de apoyo al emprendimiento a la revitalización del centro histórico, incluida en el Presupuesto de 2017 y con una dotación de 200.000 euros. Sin embargo, vecinos y comerciantes, aunque agradecen la intención, no lo ven claro, hasta el punto de pensar que se empieza la casa por el tejado. “¿Quién va a abrir aquí un comercio, si no hay vecinos?”, se pregunta Marcos Fernández, desde el histórico El Baratillo, 40 años en la esquina entre Plateros y Francos.No le falta razón al veterano comerciante. Un paseo por esta calle también sirve para darse cuenta de que hay varias fincas abandonadas, esperando compradores que no llegan, algunas en manos de inmobiliarias y otras en propiedad de bancos. “Ese es el principal problema, la falta de vecinos”, considera Carmen, otra comerciante de largo recorrido en este enclave, nada menos que 50 años. “Esto era un hervidero. En la esquina con la plaza de la Compañía estaba la caja de Ahorros, estaban la escuela de Turismo y de Diseño, la sede de la ONCE, numerosas tiendas… Ahora miras y qué ves. Esto ha pasado de ser una arteria principal a una calle prácticamente abandonada, con casas deshabitadas y tiendas cerradas”. Ante este panorama, la propuesta de revitalizar la calle la agradece, pero entiende que “si no vive nadie, no tiene mucho sentido”.

Igual de pesimista o más es Carlos Tinoco, propietario de la zapatería que lleva su nombre en el tramo de Francos con la plaza San Juan, quien considera que revitalizar esta vía es "una utopía. Sinceramente, destinar 200.000 euros a esta calle sería tirar el dinero de todos los contribuyentes”, afirma quien lleva desde los años 80 en esta enclave, que reconoce que “nunca la he conocido bien. Sé que en los años 40 y 50 estuvo muy animado, pero aquí llevo solo no sé los años”. Para Tinoco, esta calle “no tiene vecinos, no tiene comercios y no tiene aparcamientos. Lo único, una grúa acechándote cada dos por tres para llevarse tu coche si lo dejas mal aparcado cinco minutos”.

Otro problema que añade este comerciante es la escasez de renta per cápita que tiene Jerez con respecto a otras localidades. “Solo tienes que pensar en las zapaterías buenas que había antes en el centro de Jerez. Por lo menos 20. ¿Ahora cuántas quedan? La gente ya solo tiene dinero para pagar hipotecas, el móvil, su coche y salir un día a tomarse una cerveza”. De esta manera, piensa que la única manera de revitalizar Francos, y por ende el centro, sería “echar abajo todo el centro comercial Los Cisnes y fomentar que El Corte Inglés se instalara allí. Sería un motor y Jerez, como centro comercial abierto, no se puede permitir el lujo de tener un lugar como ese prácticamente vacío”.

Menos pesimista es Verónica Flores, peluquera que lleva cuatro años en Francos tras otros varios en Plateros. La propuesta de IU le parece “estupenda” ya que reconoce que “desde que cerró Suinve y la administración de Loterías la calle ha ido a menos”, hasta el punto que reconoce que “a muchos les da miedo hasta pasar por aquí a según qué horas”. Pero entre los vecinos no hay mucho más optimismo.Consuelo García vive en el tramo peatonal de Francos y reconoce que la falta de habitantes del centro lastra no solo a esta zona, sino a todo intramuros. Ella mejor que nadie sabe lo que es luchar por Francos. Junto a su hermano Luis abrió hace 20 años el pub Damajuana, además de otras dos tiendas, una especializada en deporte de montaña y otra de muebles de diseño. La primera tuvo que cerrarla cuando abrió Decathlon en El Puerto de Santa María, ya que sus clientes prefirieron esta nueva superficie llegada de Francia. La segunda la cerró por motivos más personales que económicos, pero reconoce que ahora mismo, montar un negocio en Francos es complicado a menos que sea “algo muy especializado”. Sin embargo, apunta la falta de habitantes y la escasez de aparcamiento gratuito como otras causas que impiden el normal desarrollo de actividad económica y social en el centro. 

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Jorge Miró

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