Este sábado 7 de mayo se cumplen 30 años de la inauguración del edificio de la terminal del Aeropuerto de Jerez. La ejecución de este proyecto, que se inauguró al calor del crecimiento experimentado por el tráfico aéreo durante los años 80, requirió más de 2.700 millones de pesetas de inversión y 18 meses de obras.
Una inauguración que, como destaca Aena, marcó todo un punto de inflexión en la historia de esta infraestructura, por cuanto representó su pase a la modernidad. La puesta en servicio de la nueva terminal sentó las bases de lo que sería el desarrollo posterior del aeropuerto, que en 1993 dejaría de ser base militar.
Este redimensionamiento también afectó a otras instalaciones, ya que, al aumentar la capacidad operativa, se generaron necesidades adicionales. Así, se construyó una nueva plataforma de estacionamiento de aeronaves, una central eléctrica, un parque para el servicio de extinción de incendios, una calle de rodadura –conecta la pista de vuelo con la plataforma donde estacionan los aviones– o un parking público para turismos y autobuses, entre otras dependencias.
A lo largo de este lapso de tiempo, tal y como ha recordado Aena, el terminal jerezano no solo ha sido testigo de la transformación del sector aeronáutico, con la incorporación de nuevos actores y fórmulas para viajar en avión, sino también del propio concepto de aeropuerto.
En relación con esto último, se ha evolucionado hacia un aeropuerto muy centrado en la experiencia del pasajero y de las compañías aéreas, con servicios cada vez más segmentados y sin perder de vista el compromiso con la sostenibilidad.
En cuanto al tráfico, en estos 30 años han transitado por el Aeropuerto de Jerez cerca de 24,5 millones de pasajeros y 970.000 vuelos. Si entre 1992 y 1993 todas las rutas que se operaban eran nacionales, en 2019 -justo antes de la pandemia- las conexiones (regulares y chárter) llegaban a 25 destinos, de los que casi una veintena eran extranjeros.
En ese ejercicio, los pasajeros se repartieron prácticamente al 50% entre nacionales e internacionales, destacando, en el caso de los foráneos, el peso del mercado alemán, el británico, belga, luxemburgués, suizo y, en menor medida, el islandés.
Además, cabe recordar que entre 2000 y 2007, este aeródromo vivió una época dorada. La favorable coyuntura económica y el auge del transporte aéreo tras la liberalización de este sector contribuyeron a que el tráfico del aeropuerto se multiplicase por dos en ese periodo y alcanzara su récord histórico: 1.607.968 pasajeros y
50.374 vuelos.
Este escenario planteó la necesidad de acometer un proyecto de mejora, que diera a las instalaciones capacidad suficiente para absorber el crecimiento futuro. Dicho proyecto abarcaría, además de una ampliación del edificio terminal, otras actuaciones de calado en el campo de vuelo.
Gracias a ello, y a una inversión cercana a los 80 millones de euros, el Aeropuerto de Jerez afrontó entre 2005 y 2010 la segunda transformación más importante de su existencia, alcanzando capacidad operativa para atender a cerca de 2,5 millones de pasajeros anuales.
La evolución de las estadísticas desde entonces se ha visto alterada por dos circunstancias coyunturales: la crisis económica internacional de 2008 y el estallido de la pandemia por Covid-19 en 2020.
La pandemia supuso para el Aeropuerto de Jerez la pérdida de casi el 81% del tráfico, al cerrar 2020 con poco más de 216.000 pasajeros. Las diferentes olas de esta crisis sanitaria y las restricciones a la movilidad derivadas de ella fueron retrasando el inicio de la recuperación hasta abril de 2021, cuando comenzó a apreciarse un lento cambio de tendencia.
La vacunación, la implantación del certificado Covid de la UE y la labor realizada por Aena para ofrecer unas instalaciones seguras (Jerez está acreditado como aeropuerto seguro por el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI, por sus siglas en inglés) y favorecer a las aerolíneas con bonificaciones tarifarias contribuyeron a que la confianza de éstas y de los ciudadanos a la hora de volver a volar se fuese fortaleciendo. También ha sido fundamental la colaboración con las instituciones y entidades encargadas de la promoción turística y de negocio del destino Cádiz.
Muestra de ello es que los pasajeros se duplicaron en 2021 y se situaron en 438.202 (el 39% de los que había en 2019). La progresiva incorporación de conexiones, ha impulsado esa recuperación y en el primer trimestre de 2022 (último dato disponible), los viajeros se cuadruplicaron respecto al mismo periodo de 2021, al alcanzar los 93.658.
Atendiendo a estos registros, el aeropuerto ha recuperado el 55,6% de la actividad que tenía en el primer trimestre de 2019. Previsiblemente, ese porcentaje irá en aumento. Al menos así se refleja en la programación de la temporada de verano, que arrancó el 27 de marzo y se prolongará hasta el último fin de semana de octubre.
En concreto, las aerolíneas han ofertado para ese periodo en el aeropuerto 784.000 asientos y más de 4.800 vuelos. Si bien estas cifras se sitúan aún por debajo de la programación estival de 2019, ya equivalen al 80% de los registros que hubo entonces, lo que refleja la creciente confianza de las aerolíneas en la proyección del destino al que sirve el aeropuerto.
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