El 21 de diciembre de 2023, José Ramón acudió a uno de los dos bares que tenía en propiedad, el Café Bar Ministro, ubicado en el Camino de Albadalejo, en la barriada del Olivar de Rivero. Ya estaba jubilado, pero de vez en cuando seguía acudiendo a visitar a sus empleados y a ayudar en lo necesario. Tenía 68 años y según Olga Domínguez, su hija mayor, no estaba enfermo. Era un hombre con una salud en perfectas condiciones. Pero ese día, mientras se hacía un café en su bar, "le dio un pequeño mareo, se puso muy blanco y los testigos llamaron a la ambulancia", cuenta su hija.
La ambulancia no venía. Quienes se encontraban en el bar llamaron entonces a la Policía Local de Jerez. Acudieron dos agentes, y también estuvieron llamando a la ambulancia, según relata Olga. Les dijeron que no había unidades disponibles en ese momento en Jerez, y que la ambulancia más cercana se encontraba en Sanlúcar.
José Ramón perdió el conocimiento y los agentes lo tendieron en el suelo. Durante una angustiosa hora, intentaron reanimar a José Ramón, que finalmente falleció allí, en el suelo del bar, y sin recibir asistencia médica. Cuando la ambulancia llegó, una hora después, ya no había nada que hacer.
"He tenido que ver a mi padre dos veces muerto, una allí en el bar y otra en el tanatorio, y sigo sin creérmelo", expresa su hija. Han llevado el caso a los tribunales con el objetivo de que "esto no vuelva a pasar nunca más".
Según el Plan Andaluz de Urgencias y Emergencias, el tiempo máximo en que debe llegar una ambulancia, para casos de gravedad como el del padre de Olga, es de 15 minutos. Así se lo ha confirmado también su abogado. El tiempo en que llegó la ambulancia para atender a José Ramón, una hora, excede con mucho el máximo que estipula la administración en su propio protocolo.
Olga también señala que los agentes no disponían de los recursos ni los equipos necesarios para poder reanimar en condiciones a su padre, pese a que lo intentaron por todos los medios. Los relatos de los testigos son estremecedores: "los agentes estuvieron una hora dando masajes en el pecho a mi padre, llamando desesperados, se ponía un agente a masajear, se cambiaban, se ponía otro... Y falleció en el mismo suelo del bar", explica Olga.
Ella, que, dice, nunca pone el móvil en silencio, ese día sí lo tenía silenciado. La localizaron dos horas después y acudió de inmediato al bar, donde los agentes la dejaron pasar y donde vio a su padre tendido, ya fallecido.
"Lo peor es que a 200 metros del lugar donde falleció hay un centro de salud en el que suele haber ambulancias", explica Olga. En la autopsia que ella misma solicitó, aparece como causa del fallecimiento "edema pulmonar posiblemente derivado en ataque al corazón". Si le hubieran atendido a tiempo, "igual hubiera quedado en un susto", reflexiona. También explica que en su familia no hay antecedentes ni condiciones hereditarias de tipo cardíaco.
Necesidad de más vehículos sanitarios en Jerez
A raíz del fallecimiento de José Ramón, la Federación de Asociaciones de Vecinos Solidaridad y la Asociación de Vecinos La Jerezana hicieron una denuncia pública del caso, que ejemplificaba la escasez de ambulancias en el término municipal de Jerez. Esta falta de vehículos, como denunciaban ambos colectivos en su momento, pone en riesgo la seguridad de la ciudadanía.
En el pleno del Ayuntamiento de Jerez del pasado 26 de enero, se aprobó una propuesta de Vox para aumentar el número de vehículos sanitarios en Jerez. Ignacio Soto, concejal de la formación, mencionó el caso del fallecimiento de José Ramón como parte de su propuesta. Según Soto, este término municipal tendría la mitad de ambulancias que lo estipulado por la Organización Mundial de la Salud, que sería de cuatro ambulancias por cada 100.000 habitantes, o una por cada 25.000 habitantes. En el mismo pleno, los socialistas mencionaron varios casos similares, incluyendo uno que también resultó en el fallecimiento de la persona.
Olga sostiene precisamente que, cuando el caso de su padre se haga público, más personas contarán historias similares, porque "esto ha pasado más veces", recalca.
La impotencia y la frustración de una muerte que podía haberse evitado, si la ambulancia hubiera acudido en los tiempos estipulados, reconcome a la familia, que, con su denuncia pública y con sus acciones legales, buscan hacer justicia y que ninguna familia tenga que vivir lo que ellos han vivido.
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